“Esto es una locura” y “qué falta de respeto”. Esas son las respuestas que más se han repetido cuando la corresponsal de la BBC en Cuba, Sarah Rainsford, salió a preguntar a habitantes de La Habana qué pensaban de los precios de los coches que a partir de ahora podrán comprar libremente, si tienen el dinero suficiente.
El 19 de diciembre las autoridades cubanas abolieron la restricción que exigía tener permiso gubernamental para adquirir un vehículo y, desde la entrada en vigor de la medida este viernes, cualquier cubano tiene el derecho a hacerse con uno, nuevo o usado. Los concesionarios de automóviles están operadas exclusivamente por el gobierno.
Pero los precios en Cuba distan de los de otros países: un Peugeot 508 en una de las salas de ventas de La Habana figura a US$262.000 (ocho veces más de lo que cuesta en Reino Unido, por ejemplo).
Para adquirir un Toyota Yaris de 2003, que cuesta unos US$25.000, a un cubano medio no le alcanzarían cien años de salario.
La gran mayoría de la población todavía recibe una remuneración fijada por el Estado en unos US$20 al mes.
“¿DE DÓNDE VA SALIR EL DINERO?”Fuera de un concesionario de coches en la capital cubana, Rainsford recogió el testimonio de Suzzane, quien dijo: “Los precios son una locura. Ningún cubano que trabaje para el estado puede comprar a esos precios. Tienen cero posibilidades de obtener un coche”.
Otro de los cubanos que estaba en el lugar, Antonio, dijo estar “sin palabras”.
“Es una gran sorpresa”, agregó. “No sé cuál es la estrategia del gobierno. Tal vez ésta es una fase de pruebas. Pero los precios son excesivos”.
El gobierno argumenta que las ganancias serán destinadas a un fondo especial para mejorar el transporte público, algo que Rainsford asegura es muy necesario para la isla, que posee un sistema público insuficiente y en pobre estado.
Pero otro residente, Daniel Rojas, preguntó: “¿A estos precios, cuánta gente puede comprar los coches? Entonces, ¿de dónde va a salir el dinero para invertir en transporte público si nadie pude comprarlos?”.
Sin embargo, parece haber algunos cubanos que sí tienen el dinero suficiente.
Un empleado de una de las tiendas de La Habana le dijo a la BBC que a las 14:00 horas del viernes ya había vendido seis coches; el más caro de ellos por US$50.000.