La justicia brasileña y el ejército destruyeron más de dos mil armas que fueron incautadas en operativos contra la violencia en Río de Janeiro.
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Validos de una aplanadora, el armamento fue destruido. Lo que quede será donado a las Fuerzas Armadas para que se reutilice el metal. Este operativo contra las armas que han sembrado tanta violencia en Río de Janeiro no es nuevo, según el teniente coronel Alexandre Almeida, coordinador del servicio de fiscalización de la primera región militar, el procedimiento que se ven en las imágenes corresponde a este mes de diciembre. “Al menos 43.000 armas han sido destruidas este año”, manifestó el teniente coronel. Las armas fueron requisadas en operativos contra bandas criminales en una campaña de desarme que viene desarrollando el gobierno regional. Así mismo, muchas de las armas incautadas en perfecto estado fueron derivadas a los departamentos policiales y militares de la región para su reutilización. “Las armas que estaban disponibles para ser usadas por los organismos de seguridad pública fueron separadas y están siendo separadas para esa utilización ”, señala Almeida.
Río de Janeiro vive una ola de violencia marcada por el narcotráfico y grupos criminales. Varios funcionarios de este estado brasileño han intentado frenar la criminalidad en la que se vive. Según registros oficiales, en Río se registran cerca de 400 homicidios dolosos cada mes.
El secretario de Seguridad Pública de Río de Janeiro, Roberto Sá señaló hace algunos días en una conferencia de prensa que los fusiles adquiridos por las bandas son cada vez más poderosos y que, si en 2009 tan solo el 41 % era extranjero, ese porcentaje llega al 85 % en 2017.“Estamos en un momento dramático pero conseguimos que no fuera el más violento en la historia de Río”, confesó, tras recordar que en 2006 la ciudad registró hasta ataques considerados como terroristas de las bandas criminales y en 2009 la criminalidad consiguió hasta derribar un helicóptero de la Policía y asesinar a sus ocupantes.