El 6 de junio de 1944 decenas de miles de tropas de Estados Unidos, Reino Unido y Canadá invadieron las playas de Normandía, en el norte de Francia, para liberar a Europa de los nazis.
Menos de un año después, Hitler se había quitado la vida, pero 24 horas antes del desembarco nadie podía asegurar que la Operación Neptuno, que pasaría a la historia como el Día D, no fuera a terminar en una derrota catastrófica para los aliados.
Sólo la combinación de un plan meticuloso, el coraje de los soldados y en algunos casos un poco de suerte permitieron que las tropas invasoras pudieran establecer una “cabeza de playa” en la Francia ocupada. Pero en ciertos sectores, como en la “sangrienta Omaha”, los alemanes resistieron con éxito por varias horas.
Aunque no todas las posiciones que se planeaba ocupar en la primera jornada cayeron en manos aliadas, en los próximos días más hombres, armamento y pertrechos llegaron desde Inglaterra. Las tropas nazis estarían a partir de ese momento en retirada.
BBC Mundo le cuenta el desarrollo en números de una jornada histórica.
7.000. El número de barcos que tomaron parte en la mayor invasión marítima de la historia.
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El desembarco estaba programado para el 5 de junio pero se postergó 24 horas para contar con las mejores condiciones climáticas.
La marea y la luna llena eran otros de los factores fundamentales que contribuyeron a que la invasión fuera programada para los primeros días de junio.
Originalmente el Día D iba a ser el 1 de mayo, pero se pospuso un mes para reunir más tropas y armamento en el sur de Inglaterra, desde donde partió la operación aliada.
Para comienzos de junio, más de 2 millones de estadounidenses y unos 250.000 canadienses estaban listos para la invasión.
15ª. La división más poderosa del ejército alemán que no estaba desplegada en Normandía sino en el Paso de Calais.
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Los aliados habían logrado convencer al alto mando alemán que por allí llegaría el desembarco.
Para lograrlo, espías y doble agentes filtraron esta información, ejércitos y campamentos falsos se alzaron en la localidad británica de Kent y por allí pasó el general George Patton, considerado por los alemanes como el mejor comandante de los enemigos.
La más pequeña, pero aún formidable división 7ª del ejército nazi quedó a cargo de proteger Normandía.
De haber sido desplegada la división 15ª en esa región, la Operación Neptuno podría haber terminado en un desastre.
5. Fueron las playas elegidas para el desembarco. Sus nombres en código eran, de este a oeste: Sword, Juno, Gold, Omaha, Utah.
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La decisión de invadir Normandía fue uno de los proyectos más arriesgados que emprendieron los aliados y tomó más de un año de preparación.
Las operaciones anfibias contra playas bien defendidas no habían dejado un buen recuerdo en los aliados.
El 18 de agosto de 1942, los británicos y los canadienses habían sufrido un desastre en su ataque al puerto francés de Dieppe, en manos de la ocupación nazi. Más de dos tercios de una fuerza de 6.000 hombres murieron, fueron heridos o tomados prisioneros.
En noviembre de 1943, la captura por parte de infantes de marina estadounidenses del pequeño atolón de Tarawa, en el Pacífico, costó a la fuerza invasora más de 3.000 bajas, entre muertos y heridos.
4.000. Los soldados muertos o heridos en Omaha, la playa donde la resistencia alemana fue más fuerte (las bajas variaron en las cinco playas; por ejemplo, en Gold, el número de caídos fue un 80% menor al de Omaha).
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Una de las divisiones americanas que participó en la primera oleada de desembarco perdió el 90% de sus hombres.
Eddie McCann estaba a cargo de uno de los vehículos anfibios que transportó tropas estadounidenses hacia Easy Red, uno de los 10 sectores en que se dividió la playa.
“Cuando estábamos a unas 300 yardas (unos 275 metros) comenzaron a dispararnos. Hasta ese punto habíamos pensado que podía ser sencillo, uno siempre tiene esperanzas de eso. Pero no estaba preparado para lo que iba a pasar en las otras 100 yardas. Fue increíble”.
“Perdimos unos 2.000 en la primera oleada. Nos golpeaban pedazos de cuerpos, cabezas que volaban, intestinos que se esparcían por toda la playa al lado de los cuerpos. Es difícil hablar de eso, cuando ves a tus hermanos masacrados de la forma en que eran masacrados”.
15%. El porcentaje de los paracaidistas aliados que descendieron en el lugar indicado antes de que comenzara el desembarco.
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Las divisiones aerotransportadas estadounidenses eran la 82ª y la 101ª. Junto con ellas también descendió la 6ª División Aerotransportada británica, a la que pertenecía Tim Hardy, quien recordaba así los momentos previos al despegue desde el sur de Inglaterra.
“Nos reunieron en un campo a las afueras de una pista aérea en Burford. Nos sentíamos aliviados porque parecía que esta vez iba en serio y, aún mejor, compartieron con nosotros lo que los generales tenían en mente. Se nos dijo que seríamos la punta de lanza en el asalto contra las tropas alemanas en Normandía.
“Y para terminar, se nos brindó una información tan precisa y con un aire de tanta superioridad que si no hubiese sido porque pasadas experiencias nos habían vuelto cínicos nos podrían haber persuadido de que, para variar, nuestros generales podían saber de lo que estaban hablando”.
30 a 1. La proporción de aviones aliados en relación con las naves de la Luftwaffe alemana. Ninguna de las aeronaves aliadas fue derribada en combate aéreo por un avión alemán.
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En total, unos 11.000 aviones cruzaron el canal para transportar a los paracaidistas y atacar posiciones enemigas.
André Heintz, miembro de la resistencia francesa en Caen, supo del desembarco por mensajes en código transmitidos por la radio.
Él recuerda que Caen sufrió un intenso bombardeo y que el 85% de las casas de la localidad francesa fueron destruidas.
“Pero había un área segura, que fue respetada, donde estaba la antigua abadía. Allí estaba enterrado Guillermo el Conquistador, y todos, miles de personas, se refugiaron en el interior de la abadía porque pensaron que Inglaterra no se iba a atrever a lanzar una bomba contra un lugar en donde estaba enterrado uno de sus reyes”.
2.500. El número de muertos que calcularon los aliados en el Día D. Pero, como indica a la BBC el hisotoriador Dan Snow, investigaciones recientes hablan del doble de víctimas fatales.
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El Alto Mando había anticipado que un desembarco exitoso podía costar 10.000 muertos y quizás 30.000 heridos, pero se preparaban incluso para más.
El general estadounidense Dwight David “Ike” Eisenhower, comandante supremo de las fuerzas aliadas, había escrito una carta asumiendo la total responsabilidad si la operación era un fracaso.
Winston Churchill, el primer ministro británico, acosado por los recuerdos del desastroso desembarco británico en Gallipoli, Turquía, en la Primera Guerra Mundial, se despidió la noche del 5 de junio de su mujer con la frase: “¿Te das cuenta de que para cuando despiertes en la mañana 20.000 hombres pueden haber muerto?”.
Franz Gockel era un soldado alemán que tenía 18 años y estaba estacionado en el puesto 62, ubicado en la playa Coleville-sur-mer, el área designada como Omaha por los invasores.
“El Día D estábamos alarmados. Y, tanto como los otros, nos estábamos defendiendo, queríamos sobrevivir. Ellos no eran nuestro enemigo... no los conocíamos, y no teníamos oportunidad de decidir nada de lo que estaba pasando. Ellos querían 'vencernos', como se decía en esas épocas, y nosotros hicimos lo mejor por resistirnos, sin pensar en ellos como seres humanos individuales”.