Han pasado dos años desde que Rusia comenzó una guerra de agresión no provocada contra el Estado soberano de Ucrania, en violación del derecho internacional, socavando su derecho a la integridad territorial y provocando un ‘shock’ económico global, que resultó en altos niveles de inflación en el mundo entero. Tampoco deberíamos olvidar la anexión ilegal de Crimea en el 2014, que cumplió el 19 de febrero su décimo aniversario.
Diversos informes revelan la magnitud de este ataque: el horrible sufrimiento causado por la guerra y las violaciones de derechos humanos perpetrados por Rusia, así como la brutal realidad de sus consecuencias humanitarias, culturales y económicas. Ante esta situación y para marcar dos años desde la invasión de Rusia, los países firmantes nos unimos para reiterar una vez más nuestro rechazo a la agresión rusa y nuestro continuo apoyo a Ucrania.
A todos nos concierne lo siguiente: la violación de la Carta de las Naciones Unidas por parte de Rusia ataca el corazón de las normas de las que dependen nuestra convivencia, seguridad y prosperidad internacionales. El costo humano de la guerra de Putin ha sido atroz: además de las enormes pérdidas militares, decenas de miles personas civiles han muerto, más de 10 millones han sido desplazados u obligados a huir de su país, y casi 17 millones necesitan asistencia humanitaria. Además, el impacto económico global ha llegado hasta América Latina. El impacto inicial de la guerra provocó un aumento global de los precios de los combustibles, de los fertilizantes y los alimentos, que el Perú ha sentido profundamente.
Ucrania ha demostrado su determinación de defenderse ante el ataque. Rusia no está ganando. Lleva dos años en una guerra que pensó que llevaría días. Pesan sobre su conciencia cientos de miles de sus conciudadanos rusos muertos o heridos. Con apoyo internacional, Ucrania ha recuperado la mitad de las tierras confiscadas ilegalmente por Rusia, ha retirado en gran medida la Flota del Mar Negro de Crimea y ha reanudado las exportaciones marítimas de cereales. Apoyar a Ucrania es una inversión en la seguridad de Ucrania, pero también en la libertad, la democracia y la seguridad de un mundo con rostro humano y pacífico, por lo que debe seguir considerándose una tarea conjunta de la comunidad internacional.
Rusia no ha mostrado ningún remordimiento por sus acciones, por las miles de vidas civiles –de niños y mujeres– perdidas ni por los efectos subsiguientes que estas han tenido en la economía global y en las personas. No es una sorpresa que la Corte Penal Internacional haya emitido una orden de detención contra Putin. Rusia no puede ser recompensada territorialmente por violar el derecho internacional e invadir ilegalmente un país vecino soberano. Ese precedente sería increíblemente peligroso.
Como comunidad internacional, apoyamos la fórmula de paz de Ucrania. Actualmente, es el único marco integral para una paz justa, sostenible e incondicional en Ucrania. Se deriva de los principios de soberanía e integridad territorial de la Carta de las Naciones Unidas, pero también incluye dimensiones globales de seguridad alimentaria, seguridad energética, seguridad nuclear, medio ambiente y deportación de niños ucranianos. Nuestro trabajo es impulsar la paz. Podemos hacerlo manteniendo la presión sobre Rusia mediante sanciones y manteniendo firme el apoyo a Ucrania en materia humanitaria y política, financiera y militar. En este contexto, apreciamos la importante posición del Perú en defensa del derecho internacional y su apoyo en los foros multilaterales.
La guerra podría terminar mañana si Rusia simplemente retirara a sus tropas del territorio ucraniano sin condiciones o imposiciones, y cesara sus ataques. La valentía y la resiliencia que ha demostrado el pueblo ucraniano frente a la agresión rusa han sido asombrosas. Como país libre y democrático, Ucrania tiene el derecho a decidir sobre su propio futuro. A todos nos interesa que salga victorioso y que los habitantes puedan vivir en paz y comenzar a reconstruir lo que ha sido destruido. Hasta que se llegue a este punto, estaremos al lado de Ucrania.
Sra. Sabine Bloch
Embajadora de Alemania en el Perú
Sra. Maree Ringland
Embajadora de Australia en el Perú
Sra. Renate Kobler
Embajadora de Austria en el Perú
Sr. Mark Van de Vreken
Embajador de Bélgica en el Perú
Sr. Louis Marcotte
Embajador de Canadá en el Perú
Sr. Henrik Bramsen Hahn
Embajador de Dinamarca ante Chile, el Perú y Ecuador
Sr. Alejandro Alvargonzález
San Martín
Embajador de España en el Perú
Sr. Antti Rytövuori
Embajador de Finlandia en el Perú
Sr. Marc Giacomini
Embajador de Francia en el Perú
Sra. Eleni Lianidou
Embajadora de Grecia en el Perú
Sr. Massimiliano Mazzanti
Embajador de Italia en el Perú
Sr. Tsuyoshi Yamamoto
Embajador de Japón en el Perú
Sr. Michael O’Shaughnessy
Encargado de negocios a.i. de la Embajada de Nueva Zelanda en Santiago, Chile, acreditada al Perú
Sr. Alexander Kofman
Embajador de los Países Bajos en el Perú
Sra. Antonina Magdalena
Śniadecka-Kotarska
Embajadora de la República de Polonia en el Perú
Sr. Joaquim Moreira de Lemos
Embajador de Portugal en el Perú
Sr. Gavin Cook
Embajador del Reino Unido en el Perú
Sr. Josef Hlobil
Embajador de República Checa en el Perú
Sra. Camelia Ion-Radu
Embajadora de Rumania en el Perú
Sr. Tomas Wirkund
Embajador de Suecia ante Chile y el Perú
Sr. Gaspar Frontini
Embajador, jefe de la delegación de la Unión Europea en el Perú