Washington (Reuters). Estados Unidos anunció el martes que capturó al supuesto líder del ataque del 2012 contra su complejo diplomático en Bengasi, Libia, y el presidente Barack Obama afirmó que el sospechoso enfrentará “todo el peso” de la justicia.
La incursión de militantes en el 2012 causó la muerte de cuatro ciudadanos estadounidenses, incluyendo al embajador, y dio pie a una refriega política en Washington.
Obama afirmó a través de un comunicado emitido por la Casa Blanca que autorizó la operación en Libia que culminó con la captura de Ahmed Abu Khatallah el domingo.
“El hecho de que (Khatallah) esté ahora bajo custodia de Estados Unidos es una muestra de los meticulosos esfuerzos de nuestro personal militar, de agencias para el cumplimiento de la ley y de inteligencia”, sostuvo Obama.
“Este individuo enfrentará ahora todo el peso del sistema de justicia estadounidense”, agregó.
EL PRISIONEROEl secretario de prensa del Pentágono, contraalmirante John Kirby, dijo que tropas militares estadounidenses que trabajaban con personal de agencias de la ley capturaron a Khatallah el domingo en Libia y que lo tenían en un lugar seguro fuera del país.
Kirby dijo que no hubo víctimas civiles en la operación y que todo el personal estadounidense involucrado en la captura había salido sano y salvo de Libia.
Un funcionario estadounidense que habló bajo condición de anonimato dijo que Khatallah estaba custodiado a bordo de un barco de Estados Unidos tras ser capturado en las afueras de Bengasi en una operación realizada por fuerzas especiales.
Un funcionario estadounidense dijo que Khatallah será acusado y juzgado a través del sistema judicial estadounidense y que no será enviado a la prisión de Guantánamo, Cuba, para supuestos militantes de Al Qaeda.
Después del ataque del 2012, que acabó con la vida del embajador Chris Stevens, los republicanos acusaron al Gobierno de Obama de desestimar el papel de Al Qaeda en el ataque por motivos políticos.
También afirmaron que la entonces secretaria de Estado Hillary Clinton no había tomado las medidas adecuadas para garantizar la seguridad del personal diplomático estadounidense, un tema que aún resuena mientras Clinton considera postular a la presidencia de Estados Unidos en el 2016.