A solo un día de las elecciones presidenciales en Brasil, el movimiento evangélico podría dar un paso más en su amplia llegada en América Latina, en un continente tradicionalmente católico. Esto porque uno de los candidatos más fuertes en la contienda, Jair Bolsonaro, podría sumar una de las mayorías en la primera vuelta gracias al respaldo activo de los movimientos evangélicos.
Si bien análisis de religión en el mundo han demostrado en el pasado que el 40% de los católicos de todo el mundo se encuentran en territorio latinoamericano, en 2017 un estudio sobre la religión en la región, realizado por la consultora Latinobarómetro, estimaba que casi uno de cada cinco latinoamericanos (19%) era protestante, con peaks de 41% y 39% en Guatemala y Honduras.
“En Brasil el crecimiento de los pentecostales (una de las corrientes de los evangélicos) ha sido tan fuerte que este país tiene ahora la mayor población pentecostal del planeta. ¡Por encima incluso de Estados Unidos!”, declaró Andrew Chesnut, director de Estudios Católicos de Virginia Commonwealth University, en Estados Unidos.
El desarrollo de estas iglesias, opuestas al derecho al aborto, al casamiento entre homosexuales, a la legalización de la marihuana y a la inventada “ideología de género”, se traduce en un aumento del voto conservador, según señalan expertos.
“Las iglesias evangélicas han logrado responder mejor a las necesidades de las nuevas generaciones de latinoamericanos, especialmente en contextos de un cambio social acelerado, caracterizado por una urbanización y una globalización acelerada”, explica William Mauricio Beltrán, especialista en religión y profesor en la Universidad Nacional de Colombia.
A estos dos puntos de vista se les suma un factor importante de lejanía que están produciendo las iglesias católicas según los expertos, potenciado por los casos de abusos y pedofilia que se han desatado en diversos países dentro de esta institución.
En Brasil, la influyente Iglesia Universal del Reino de Dios convocó abiertamente a respaldar en la elección al excapitán del ejército Jair Bolsonaro, un nostálgico de la dictadura (1964-1989) y que en estas últimas semanas se ha mantenido a la cabeza de los sondeos.
“Las recientes elecciones en Chile, Costa Rica, México, Colombia, Guatemala y la del domingo en Brasil revelan una polarización creciente del electorado y un giro político a la derecha”, estima Chesnut. “Incluso en la izquierda, [el presidente electo de México Andrés Manuel] López Obrador evaluó que debía aliarse con un pequeño partido conservador, fundado por un pastor pentecostal, para asegurar su triunfo”.Fuente: Un texto de C. Díaz para Emol de Chile / GDA