La ayuda llega con cuentagotas a los campamentos de las ciudades que se encuentran alrededor de Katmandú, según denuncian insistentemente cientos de personas que han optado por buscar sistemas de auto organización para cubrir las necesidades de niños y mayores.En Bhaktapur, a unos 10 kilómetros de Katmandú, cualquier descampado se ha convertido en un campamento. En uno de ellos, en Kamal Vinayak, alrededor de 1.200 personas se refugian bajo un techo multicolor de tiendas en el que se mezclan por igual los toldos de la Cruz Roja nepalí con los manteles de cocina.Allí Arjun Konda, un profesor de inglés, hace las veces de coordinador de un grupo de jóvenes que se han encargado de que la poca ayuda que llegue sea repartida racionalmente y todo el mundo sea atendido.“Tenemos algo de ayuda pero no es suficiente, nuestro número es muy grande y la ayuda que está disponible no es suficiente para nosotros”, agregó.Afirmó que la gente llevó las reservas de comida que tenía en casa pero se están acabando. “El hambre puede aparecer en cualquier momento”, señaló.
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