La Marina estadounidense restringirá los horarios en que se pueden vender bebidas alcohólicas en sus bases navales y ordenará a los comercios trasladar las estanterías de bebidas alcohólicas a la parte de atrás de sus tiendas, así como vender dispositivos detectores de alcohol.
La orden fue emitida por el jefe de operaciones navales, almirante Jonathan Greenert. La medida forma parte de los esfuerzos de la Marina para reducir el consumo excesivo de alcohol entre sus filas, algo que frecuentemente influye en las agresiones sexuales y otros comportamientos negativos.
Greenert ordenó limitar el espacio que las tiendas de la Marina dedican a estantes con bebidas alcohólicas a no más de 10% del espacio disponible y prohibió su venta entre las 10 de la noche y las 6 de la mañana.
No va a resolverlo todo, pero es un paso real en la dirección apropiada, dijo David Jernigan, director del Centro sobre Mercadeo de Alcohol y Juventud en la Universidad Johns Hopkins.
Históricamente, las fuerzas armadas, como en otras partes, han tratado esos problemas como algo individual con lo que se debe lidiar identificando a la persona con el problema. Aunque eso es importante, los estudios muestran que es mucho más efectivo considerarlo un problema poblacional y lidiar con los hechos que afectan a todo el mundo en la población.
Estos cambios se suman a un programa más amplio de educación sobre consumo de alcohol que parece haber tenido éxito. En toda la Marina, el número de delitos relacionados con alcohol cayó de 5.950 en el 2007 a 4.216 en el 2012. El número de delitos vinculados a conducir en estado de ebriedad bajó de 2.025 a 1.218 en el mismo período, de acuerdo con el Comando de Personal de la Marina.