Su acto final de amor. Así lo llamaron sus hijos. Un final feliz para una historia prácticamente eterna. Dos niños que se conocen en la primaria, dos jóvenes que se enamoran durante la Segunda Guerra Mundial, dos adultos que se casan y viven juntos 66 años, dos ancianos que fallecen apenas con 11 horas de diferencia uno del otro. Siempre las mismas personas, sus padres, un matrimonio que acabó a principios de este mes.
Harold Knapke (91) y su esposa Ruth (89) fallecieron el 11 de agosto en el hogar de ancianos Versailles Health Care Center en Ohio, nueve días antes de su aniversario de bodas número 66. Se casaron el 20 de agosto de 1947 y tuvieron seis hijos.
El consuelo para nosotros es que se fueron juntos, dijo a CNN su hija Margaret. Por un lado, es difícil perder a ambos padres a la vez pero es muy consolador saber que se fueron juntos.
UN DETERIORO SIMULTÁNEO Él la amaba mucho. Era extremadamente leal. Quería estar aquí con ella, contó Margaret. Cuando se despertaba, lo primero que preguntaba: ¿Dónde está tu madre? ¿Cómo está tu madre?, agregó. La salud del padre se había ido deteriorado más rápido que la de su madre durante el último año. Y eso que Ruth contrajo una rara infección poco antes de su muerte. Él lo tomó con calma, pero percibieron un cambio en él. Mi hermana me dijo: Es casi como si estuviera tratando de ponerse al día con mamá.
Tres días más tarde, Harold murió a las 7:30 a.m. Papá está allí esperando. Tiene el juego de cartas. Es hora de que vayas. No te quedes por nosotros, le dijeron sus hijos a Ruth Knapke. Ella murió esa noche, a las 6:30 p.m.
Cuando dos personas están tan juntos cerca de 66 años, desarrollan mucha sintonía mental. Así que, independientemente de su estado, creo que se dieron cuenta de que era el momento, afirmó Ted, otro de los hijos.
Mamá y papá eran gente común, confesó Carol Knapke. Creo que si algo puede aprenderse de esta historia es que hay amores que duran, y eso es una cosa buena.