Aproximadamente un centenar de cabras tomaron hoy el Cementerio del Congreso en Washington, donde durante los próximos días se dedicarán a lo que mejor saben hacer, comer hierba, con un fin práctico a la par que ecológico: limpiar de malas hierbas el histórico lugar de descanso de legisladores en pleno corazón de la capital estadounidense.
“Las cabras pastarán las 24 horas del día durante seis días, eliminando enredaderas, hiedra venenosa, la cubierta vegetal y hasta detritus a la par que fertilizan el suelo”, celebró la Asociación para la Preservación del histórico cementerio al anunciar el innovador proyecto puesto en marcha este miércoles.
INNOVADOR PROYECTO Y es que, según la organización, este revolucionario uso de cabras elimina la necesidad de usar dañinos herbicidas, a la par que impide que especies invasivas y a menudo foráneas maten grandes árboles maduros en la zona boscosa del cementerio, lo que podría provocar su caída y como resultado dañar lápidas históricas de valor incalculable.
A ello se une otra ventaja, esta de tipo económico, reconoció el presidente del histórico cementerio, Paul Williams: frente a costosos pesticidas, el centenar de cabras, por una semana de trabajo, cuestan apenas 4.000 dólares.
Williams invitó a curiosos a dar un paseo por el cementerio, ubicado en pleno Washington, para ver el progreso del trabajo de las cabras, que con todo no vagarán libremente por el recinto sino que se limitarán a mordisquear las hierbas de su perímetro exterior.
“El público está invitado a ver las cabras en el cementerio, aunque se recomienda que se mantengan apartados de la valla para no molestar a los animales”, dijo Williams al presentar públicamente a los nuevos inquilinos temporales del cementerio que alberga más de 6.500 tumbas.
CABRAS FAMOSAS En su primer día de pastoreo, las cabras sin embargo no parecían demasiado contentas, algo debido quizás a la presencia de un nutrido grupo de periodistas ávido por registrar su ecológica labor. Y eso que no es la primera vez que las ‘ecocabras’ copan titulares: tienen ya a sus espaldas o en sus estómagos cinco años de experiencia limpiando de rastrojos y malas hierbas parques y recintos históricos, lo que las ha llevado a protagonizar reportajes de periódicos y cadenas de televisión.
Eso sí, quizás hasta ahora no habían tenido que mordisquear pastos tan cargados de historia y política. Al fin y al cabo, bajo las lápidas que están llamadas a proteger mediante su pastoreo descansan hasta 200 congresistas.