Juan Pablo II falleció un día como hoy hace exactamente diez años, dejando entre los fieles la desolación de quien ve partir a un ser querido. Las imágenes de una multitud copando la plaza San Pedro en su funeral dan cuenta de cuán importante fue este pontífice para la colectividad católica.
Para muchos fue el único Papa que habían conocido. Para otros, fue el mediador de conflictos tan complicados como la Guerra Fría o el papa viajero que dio la vuelta al mundo buscando a sus fieles. Juan Pablo II, hasta los últimos días de su pontificado, dejó un mensaje de paz entre los hombres.
Gravemente enfermo en sus últimos días, su dolencia no le impidió ser consciente del cariño que recibía y aseguran que el ruido que la gente que estaba en la plaza principal del Vaticano orando por él, hizo que Juan Pablo II dijera: “Yo los he buscado y ahora ellos vienen a buscarme, les doy las gracias”.
Su último mensaje, una carta dictada a su secretario personal, indicaba: “Soy feliz, séanlo también ustedes. No quiero lágrimas. Recemos juntos con satisfacción. En la Virgen confío todo felizmente”.