¿Partía de Cuba en estos tiempos una amenaza real para Estados Unidos? ¿Y estaba justificada la presencia de la isla socialista en la “lista negra” de países patrocinadores del terrorismo que elabora anualmente el Departamento de Estado en Washington?
Los argumentos para la inclusión de Cuba en la lista, conformada actualmente solo por Irán, Sudán y Siria, eran en realidad anacrónicos desde hace tiempo.
Y la salida de la isla, anunciada hoy por el presidente Barack Obama pocos días después de su histórico encuentro con su homólogo Raúl Castro durante la cumbre de las Américas de Panamá, se consideraba casi un paso ineludible en el deshielo entre ambos países, sobre todo de cara a la prevista reapertura de embajadas.
Seguir a @Mundo_ECpe Encuentro histórico entre el presidente de Estados Unidos y Cuba en la Cumbre de las Américas. (AFP)
-
El gobierno de Raúl Castro había señalado en varias ocasiones que consideraba un “contrasentido” restablecer relaciones diplomáticas con Estados Unidos mientras Cuba continuase en la lista en la que, según La Habana, nunca debería haber estado.
Detrás de la inclusión en la lista, sin embargo, había una larga historia de recelos por parte de Estados Unidos, alimentados por el agresivo discurso antiimperialista de Cuba y el ascendente de la isla entre movimientos de izquierda, sobre todo del Tercer Mundo.
#Cuba dejó la lista negra de #EEUU: ¿Qué países se quedaron? http://t.co/qxqcfJ661h pic.twitter.com/PClBfb1OKB— Mundo El Comercio (@Mundo_ECpe) abril 14, 2015
Paradójicamente, las voces que abogaban desde hace tiempo por una exclusión de Cuba de la lista apuntan hoy a que la isla sirve de garante para un proceso de paz entre el Estado colombiano y la guerrilla de las FARC, que podría poner fin al conflicto armado más largo del continente americano.
LAS RAZONESCuba se convirtió en un fanal para movimientos insurgentes del continente después del triunfo de la revolución de Fidel Castro en 1959. No fue sin embargo hasta los años 80, bien avanzada la “Guerra Fría”, cuando Washington concedió a la isla el dudoso honor de marcarla como país que ofrece “apoyo reiterado” a actos terroristas.
La administración del republicano Ronald Reagan incluyó el 1 de marzo de 1982 a Cuba en la lista.
Los argumentos esgrimidos eran que Cuba ofrecía en esa época refugio a organizaciones como las Fuerzas Armadas de Liberación Nacional (FALN) de Puerto Rico, el Frente Farabundo Martí para la Liberación Nacional (FMLN) de El Salvador y el Frente Sandinista de Liberación (FSLN) de Nicaragua, según recogía el Departamento de Estado en 2003.
Washington sostenía que Cuba había ayudado a transportar armas soviéticas a Nicaragua y El Salvador y entrenaba a rebeldes “antiestadounidenses” en otros lugares de América Latina. Y apuntaba también al apoyo cubano para movimientos de liberación en África, por ejemplo en Angola y Etiopía.
La inclusión en la “lista negra” va acompañada de sanciones económicas. La inclusión de Cuba, sin embargo, “no tuvo importancia alguna en la práctica”, reconocía el propio Servicio de Investigación del Congreso estadounidense en 2006, debido al embargo comercial y económico que pesa sobre la isla desde los años 60.
La exclusión de la lista, por otro lado, sí podría ser relevante para mejorar el acceso de Cuba a los mercados y sistemas de crédito internacionales.
La isla se distanció en realidad hace tiempo del apoyo a movimientos insurgentes. Cuba seguía en la lista “a pesar del anuncio en 1992 de (el presidente) Fidel Castro de que apoyar a los insurgentes en el extranjero ya no era una política activa de Cuba”, analizaba en 2010 el “think tank” estadounidense Council on Foreign Relations.Expresidente de Cuba, Fidel Castro (derecha) en su época como mandatario. (Internet)
-
Los últimos argumentos presentados en un informe de 2013 del Departamento de Estados apuntaban al refugio brindado a miembros del grupo separatista vasco ETA en España, así como a las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia (FARC). Tanto ETA como la guerrilla marxista sudamericana están desde 1997 en la lista norteamericana de organizaciones terroristas extranjeras.
La propia diplomacia estadounidense admitía sin embargo que los lazos de Cuba con ETA “se han vuelto más distantes”. Ocho de las dos docenas de miembros de ETA en Cuba “han sido reubicados con la colaboración del gobierno español”, señalaba el informe.
En cuanto a las FARC, el informe de 2013 recordaba que en Cuba están teniendo lugar las negociaciones de paz entre la guerrilla más antigua del continente americano y el gobierno de Juan Manuel Santos.
“Nada indica que el gobierno cubano suministre armas o entrenamiento paramilitar a grupos terroristas”, indicaba entonces el Departamento de Estado.
Una vez entrada en vigor definitivamente la salida de Cuba de la “lista negra” en 45 días, la isla no habrá sido el primer país en conseguir quitarse la mancha. Washington borró de la lista a Yemen del Sur en 1990 tras su unificación con Yemen del Norte para conformar la actual república de Yemen. Irak, Libia y Corea del Norte tampoco están ya en la lista.
Fuente: DPA