Dos jóvenes murieron en un ataque de fuerzas del gobierno de Nicaragua contra una iglesia en Managua, donde están atrincherados desde el viernes decenas de estudiantes que protestan contra el presidente Daniel Ortega, en un conflicto que deja más de 270 muertes en tres meses.
“Nos están diciendo que tenemos dos fallecidos y varios heridos”, declaró el cardenal nicaragüense Leopoldo Brenes, al llegar a las afueras de la parroquia con el nuncio apostólico, Stanislaw Waldemar Sommertag, para mediar por la liberación de los estudiantes.
Los dos jóvenes murieron de disparos en la cabeza, uno de ellos dentro de la parroquia y el otro desangrado en una barricada. El cuerpo de este último no pudo ser recuperado por sus compañeros durante el ataque, según testigos.
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El cardenal Leopoldo Brenes, presidente de la CEN, “pide al gobierno, quienes son los únicos responsables de estas acciones, detener esta masacre en contra de las personas dentro de la parroquia”, agregó el mensaje.
La comitiva eclesiástica llegó para mediar por la liberación de los estudiantes y evacuar a los heridos de la parroquia Divina Misericordia, ubicada en el suroeste de la capital.
En Managua, policías y paramilitares tenían sitiada, bajo constante ataque, la iglesia Divina Misericordia, donde están refugiados decenas de estudiantes que estaban atrincherados en la UNAN. Reportes de últimas horas de la noche señalaban que la evacuación inició, sin conocerse aún el paradero de los heridos.
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“Hubo bastante resistencia, se les respondió con bombas de contacto (artesanales) y morteros. Tenemos un caído del pueblo y un policía que murió en el ataque”, declaró a la AFP un dirigente opositor en Monimbó por teléfono, pasado lo más cruento del enfrentamiento.
En tanto, unos 15 jóvenes de la universidad se encuentran heridos en Managua, dijo a periodistas locales un médico que los acompaña. Escenas dramáticas de Nicaragua se difundían en las redes sociales: “Vinieron todos con armas de fuego, a matar”, aseguró un joven en la iglesia. “No podemos salir, estamos acorralados”, gritó otro.
“Por favor ayúdennos”, “Aquí morimos todos”, “Mamá, perdóname, lo hice por mi patria”, dicen jóvenes de la UNAN desesperados en varios videos que circulan en las redes, en los que se oyen ráfagas y se ve a muchachos agachados detrás de las trincheras antes de refugiarse en la parroquia.
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Los ataques ocurrieron durante una jornada de paro laboral opositor, el segundo en tres meses de protestas contra Ortega que dejan unos 270 muertos, unos 2.000 heridos y medio millar de detenidos.
“Es urgente que cesen de inmediato los ataques que en este momento suceden en Monimbó, Masaya, contra estudiantes de la UNAN y la Iglesia”, escribió en Twitter la Oficina del Alto Comisionado de las Naciones Unidas.
El secretario general de la OEA, Luis Almagro, pidió a las autoridades dejar entrar a la Universidad a expertos de la Comisión Interamericana de Derechos Humanos (CIDH).
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Los estudiantes fueron asediados en la iglesia Divina Misericordia de Managua la noche del viernes por parapolicías y paramilitares que poco antes había asaltado la UNAN con asmas de guerra, según denunció el Dr. Ricardo Pineda, Tesorero de la Asociación Médica Nicaragüense.
El grupo de jóvenes se refugió en la parroquia, aneja a la UNAN, a donde estaban trasladando a estudiantes heridos que llevaban varias semanas encerrados en la sede universitaria para pedir la renuncia del presidente Daniel Ortega.
“Sacerdotes, periodistas nacionales y extranjeros y estudiantes heridos, rodeados por paramilitares en casa cural de la Parroquia Divina Misericordia de Managua. Intentamos que llegue alguien hasta ellos”, escribió en su cuenta de Twitter el obispo auxiliar de la Arquidiócesis de Managua, Silvio José Báez.
Según varios medios locales replicados por Báez, los hombres de prensa serían Ismael López, de BBC Mundo; Joshua Partlow, del diario The Washington Post; José Noel Marenco, de 100% Noticias, y Sergio Marín, de La Mesa Redonda.
Al respecto, el senador de EE.UU., Marco Rubio, manifestó en su cuenta de Twitter que el vecindario donde viven empleados de la Embajada de su país estuvo bajo ataque y si algo ocurriera con ellos, responsabilizó directamente a Daniel Ortega y su esposa, Rosario Murillo.
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— El “camino a la paz” —
Mientras se registraba el ataque en Monimbó y zonas aledañas, Daniel Ortega culminaba el recorrido de una caravana de seguidores que no pudieron entrar a ese aguerrido barrio de Masaya, donde pobladores están atrincherados en resistencia al gobierno.
A bordo de una camioneta rodeada de escoltas, el presidente de Nicaragua, junto a su esposa Rosario Murillo, fue en caravana de Managua a la rebelde Masaya, 35 km al sur, para contrarrestar el paro laboral con que la oposición presiona su salida del poder.
“Invitamos a todos (...) a que tomemos el camino de la paz que es el único que nos va a dar tranquilidad”, exhortó Ortega frente a la estación de policía de Masaya, fuertemente custodiado entre antimotines encapuchados y policías, con quienes se tomó fotografías.
La caravana conmemoró el histórico “repliegue”, una gesta guerrillera previa al triunfo de la insurrección popular que, encabezada por el Frente Sandinista de Liberación Nacional (FSLN), derrocó al dictador Anastasio Somoza en 1979.
Los opositores acusan a Ortega de desatar una feroz represión contra las protestas y crear una dictadura con su esposa, marcada por la corrupción y el nepotismo.
En Washington, la Organización de los Estados Americanos (OEA) sesionó sobre la grave situación de Nicaragua. Siete países presentaron un proyecto de resolución que exhorta al gobierno de Ortega a apoyar elecciones anticipadas en acuerdo con la oposición.
Como salida a la crisis, la Iglesia católica, mediadora en un diálogo entre el gobierno y la Alianza, propuso adelantar los comicios de 2021 a 2019. Pero fue descartado por Ortega, ex guerrillero sandinista de 72 años que gobierna desde 2007 por tercer periodo consecutivo.
— Nicaragua paralizada —
Mercados, bancos, tiendas, gasolineras, restaurantes y pequeñas ventas de comida no abrieron en ciudades y pueblos, en apoyo al llamado opositor, pero también por temor a saqueos o asaltos.
El paro de 24 horas, respaldado por la cúpula empresarial, fue convocado por la opositora Alianza Nacional por la Justicia y la Democracia, integrada por grupos de la sociedad civil.
El paro, el segundo tras el del 14 de junio -que dejó cuatro fallecidos-, se realiza un día después de una gran marcha en Managua y manifestaciones en otras ciudades, con saldo de cuatro policías y un civil muertos en el municipio Morrito, en el sureste del país.
La policía detuvo este viernes al dirigente campesino Medardo Mairena, uno de los delegados opositores en un diálogo con el gobierno, al que acusó de “terrorista” y de ser quien “ordenó” el “ataque” contra los uniformados y el civil.
En la tercera jornada de presión de la Alianza, los opositores irán el sábado en caravana de vehículos por los conflictivos barrios orientales de Managua.
Fuente: AFP/EFE
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