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Washington. Las medidas ejecutivas en materia migratoria que anunció anoche el presidente Barack Obama son consideradas ilegales por los republicanos, pero la Casa Blanca ha recordado que otros presidentes republicanos como Ronald Reagan y George H.W. Bush también recurrieron a ellas en el pasado.
Con una batería de medidas que beneficiarán a 5 millones de inmigrantes indocumentados, Obama ha desafiado a un Congreso incapaz de llegar a un acuerdo desde que el pasado año el Senado aprobó un proyecto de ley sobre el tema, y a los republicanos, que recuperaron la mayoría en ambas cámaras en las elecciones del 4 de noviembre.
Los republicanos, con el líder de la mayoría republicana en la Cámara de Representantes, John Boehner, a la cabeza ha acusado a Obama de exceder los límites de la Constitución y ha advertido que su “acción unilateral” dificultará acuerdos en el Congreso para legislar sobre migración y otros asuntos.
El centro de análisis migratorio American Immigration Council señala las medidas son “indultos temporales”, por lo que el presidente “no estaría cambiando unilateralmente las leyes para la concesión de la residencia permanente o la ciudadanía”.
El presidente tiene la autoridad legal para determinar las prioridades de las agencias de la ley y el orden, por lo que puede solicitar que se detengan las deportaciones sin otorgar a los inmigrantes un estatus legal definitivo, indica.
Desde la Casa Blanca, su portavoz Josh Earnest ha insistido en la legalidad de las medidas que aseguró son “coherentes” con las acciones que han tomado presidentes de ambos partidos para lidiar con problemas del sistema migratorio “utilizando la autoridad que se confiere al poder Ejecutivo”.
BUSH Y REAGANLos republicanos enfatizan que la diferencia con los dos ejemplos que ha mencionado la Casa Blanca es que Bush y Reagan utilizaron su poder ejecutivo para extender algunos aspectos de una ley aprobada previamente en el Congreso que contó con apoyo bipartito: la Ley de Reforma y Control de Inmigración (IRCA, por su sigla en inglés) de 1986, que benefició a 3 millones de indocumentados.
La ley abrió el camino a la legalización a aquellos inmigrantes que demostraran que habían vivido en el país de forma continua desde 1982, pagaran una multa y demostraran que habían tenido un buen comportamiento, pero excluía a los cónyuges y a sus hijos si no podían cumplir los mismos requisitos.
En 1987, el Congreso planteó la regularización de esos familiares, pero no la iniciativa no progresó, por lo que Reagan tomó acciones para evitar la deportación de menores de 18 años que vivieran en un hogar en el que a ambos de sus progenitores les hubieran concedido el permiso.
La acción de Reagan también incluía a los menores que viviera con un solo progenitor que hubiera conseguido el permiso pero no a los menores que vivieran en una familia en la que uno de los padres cumpliera los requisitos de la IRCA y el otro no, ni a los cónyuges.
En julio de 1989 el Senado aprobó legislación para proteger a este grupo pero la Cámara de Representantes no continuó adelante y en 1990 el presidente Bush bajo el concepto de “justicia familiar” protegió de la deportación a cónyuges e hijos de quienes se beneficiaron de la IRCA, menores de 21 años.
Esta acción benefició a 1,5 millones de personas que, según el centro de análisis de políticas migratorias American Immigration Council, suponían el 40 por ciento del total de la población de inmigrantes ilegales que había en la época.
Las medidas de Obama beneficiarán a 5 de los 11 millones de indocumentados que se calcula que hay en el país; principalmente a los padres de ciudadanos y a jóvenes que entraron al país antes de 2010 siendo menores de 16 años.
VOZ DE EXPERTOSAnalistas conservadores más moderados como Alfonso Aguilar, director ejecutivo de la Asociación Latina para los Principios Conservadores, aseguró a Efe que desde el punto de vista legal y constitucional “sí es válido actuar de esta manera”, aunque cree que hubiera sido mejor esperar a que el nuevo Congreso presentara una propuesta para dar una solución de “largo plazo”.
Aguilar, que señala que el “ambiente político es distinto” al que vivieron Reagan y Bush, consideró que la acción de Obama creará un ambiente “muy tóxico” no solo para hablar de inmigración sino de cualquier otro tema en los próximos dos años, hasta que acabe su mandato, y ha puesto “en riesgo” una solución permanente “que le daría un estatus legal a los indocumentados”.
Philip Wolgin experto en políticas migratorias del Center for American Progress recordó que desde el presidente Dwight Eisenhower (1953-1961) se han tomado medidas ejecutivas en 39 ocasiones en materia migratoria, de diferente consideración, incluyendo el asilo concedido a los ciudadanos cubanos tras el triunfo de la revolución, por lo que “es algo que ya se ha hecho antes”.
Comparando las medidas de 1987 y de 1990 con las de Obama, señaló que el concepto ha sido “mantener a las familias unidas” y lamentó que cuando en 1986 Reagan firmó la IRCA “la necesidad de sacar de la sombra a miles de personas era un principio republicano y parece que ahora no lo es”.
Fuente EFE