La reciente decisión del régimen chino de permitir a las familias tener tres hijos, tras cuatro décadas de la implacable política del hijo único, se enmarca no solo en la nueva situación del gigante asiático, sino del mundo: el envejecimiento de la población y la desaceleración de la natalidad.
Lo que ha venido ocurriendo en los últimos años en países europeos, o en Japón y Corea del Sur, donde cada vez hay menos niños y la población mayor va aumentando, se ha convertido ahora en un desafío global: cómo afrontar el próximo siglo.
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En julio del 2020, un equipo de investigadores de la Universidad de Washington publicó un estudio revelador en la revista científica “The Lancet”, el cual concluía que la población mundial empezará a disminuir dramáticamente desde el 2064 debido a la caída en el número de nacimientos.
De acuerdo a los cálculos del Instituto de Evaluación y Métrica de Salud de la Facultad de Medicina de la Universidad de Washington (IHME, por sus siglas en inglés), la población mundial probablemente alcanzará un máximo de 9.700 millones en el año 2064 y luego disminuirá a unos 8.800 millones para finales de siglo.
Asimismo, se espera que para el año 2100, 183 de 195 países en el mundo no tendrán las tasas de natalidad requeridas para mantener la población actual, que se sitúa en 2,1 nacimientos por mujer.
Para mostrar cómo ha bajado la tasa de natalidad, en 1950, las mujeres tenían un promedio de 4,7 niños. Para el 2100, este número caerá por debajo de 1,7.
Y por eso la preocupación en China, que hasta ahora sigue siendo el país más poblado del mundo. De los 1.400 millones actuales, para el 2.100 se espera que su población se reduzca a 732 millones.
“El mundo, desde los años 60, se ha centrado en la llamada explosión demográfica”, explicó en julio del 2020 el doctor Christopher Murray, quien dirigió la investigación. “De repente, ahora estamos viendo este tipo de punto de inflexión en el que está muy claro que estamos pasando rápidamente del problema de tener demasiadas personas a tener muy pocas”, dijo a CNN.
Según el estudio, el envejecimiento de la población es otra arista de este fenómenos, pues a medida que disminuye la natalidad aumenta la esperanza de vida. Así, para el 2100 se calcula que habrán 2.370 millones de personas mayores de 65 años en todo el mundo.
Según la ONU, para el 2100 habrá 11.200 millones de personas, con lo que la población adulta mayor alcanzaría el 21% en todo el mundo.
“¿Quién paga impuestos en un mundo de personas mayores? ¿Quién paga por la atención médica de los ancianos? ¿Quién cuida de ellos? ¿Podrá la gente jubilarse?”, se pregunta el mismo Murray en un entrevista con la BBC.
Más incentivos para la maternidad
En el 2016, Beijing eliminó la política del hijo único ante el rápido envejecimiento de la población, que vino de la mano con el acelerado crecimiento económico del país y que produjo una masiva migración del campo a la ciudad.
Sin embargo, la medida no logró que los nacimientos se multiplicaran debido al alto costo que conlleva criar a un hijo.
Según el Gobierno Chino, la reciente decisión de permitir tres hijos vendrá de la mano de una serie de incentivos, como la reducción de los costos educativos para las familias, ayudas fiscales y apoyo para conseguir viviendas más económicas.
“La gente se ve frenada no por el límite de dos hijos, sino por los costes increíblemente elevados de la crianza en la China actual. La vivienda, las actividades extraescolares, la comida, los viajes y todo lo demás se acumulan rápidamente”, dijo a Reuters Yifei Li, sociólogo de la Universidad de Nueva York en Shanghái.
Los países europeos, por ejemplo, fueron de los primeros en dar incentivos económicos a las mujeres con hijos, además de darles facilidades para la crianza en la primera infancia. Pese a ello, la tasa de natalidad sigue siendo muy baja en el Viejo Continente.
Los países con menos nacimientos
De acuerdo al análisis de los investigadores de la Universidad de Washington, la población se reducirá con más rapidez en Asia, Europa central y Europa oriental.
Esto ya se puede reflejar en los datos actuales. En el 2020, el país con la menor tasa de natalidad en el mundo fue Singapur, con 0,87 hijos por cada mujer (teniendo en cuenta que la base es 2,1 hijos por familia para asegurar que la población mundial se mantenga del mismo tamaño).
Entre los 10 países con menor población hay cinco asiáticos (Singapur, Macao, Taiwán, Hong Kong y Corea del Sur), dos europeos (Bosnia Herzegovina y Grecia) y tres del Caribe (Puerto Rico, Montserrat y las Islas Vírgenes Británicas).
Del otro lado, los 10 países con la más alta tasa de natalidad en el mundo están en África, lo que, además, supone que para fines del siglo XXI la población de ese continente será la predominante en el mundo.
Según la ONU, se prevé que más de la mitad del crecimiento demográfico mundial desde hasta el 2050 tenga lugar en África.
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