La Organización de Estados Americanos (OEA) se reunirá el próximo miércoles para debatir sobre si debe contratarse a una empresa externa para investigar al secretario general de la organización, Luis Almagro, por su relación con otra persona de la plantilla de esa institución.
Esa investigación tiene como objetivo determinar si Almagro, secretario general de la OEA desde 2015, violó las reglas éticas internas del organismo.
El tema de la “supuesta conducta indebida” del secretario general ha sido incluido en la lista de asuntos a tratar en la reunión que mantendrá el miércoles el Consejo Permanente de la OEA, según figura en el proyecto del orden del día.
De acuerdo a los documentos hechos públicos en la web de la organización, existen diferentes opiniones dentro de la OEA sobre si la investigación a Almagro debe llevarla a cabo una empresa privada o si debe encargarse el inspector general de la organización.
El propio inspector general, Hugo Eduardo Ascencio, ya llevó a cabo una investigación preliminar del caso y ha dicho que “convendría mejor a los intereses de la organización que sea una empresa externa la que realice la investigación”, según figura en un informe hecho público en la web de la OEA.
Uruguay, el país natal de Almagro, ha respaldado la posibilidad de que la investigación se lleve a cabo por una compañía privada, según figura en el borrador de una resolución.
Frente a ello, en el borrador de otra resolución, Antigua y Barbuda, Belice y Santa Lucía proponen que la investigación esté liderada por el inspector general y aluden a las “limitaciones financieras” del organismo, que está bajo presión para reducir costos.
Para decidir si la investigación la lleva a cabo el inspector general de la OEA o una empresa privada, los 34 estados miembros deberán realizar una votación, algo que podría ocurrir el miércoles.
En cualquier caso, el objetivo de la investigación será determinar si Almagro violó las reglas éticas del organismo por la relación que mantuvo con otra persona parte de la plantilla.
La mujer en cuestión asegura en algunos de sus perfiles en internet que ejerció como “asesora” de Almagro; pero, fuentes de la OEA dijeron a EFE que, aunque entre sus responsabilidades estaba la de asesorar ocasionalmente a las altas autoridades de la organización, entre ellas el secretario general, trabajaba para la Secretaría para el Fortalecimiento Democrático de la institución.
Por tanto, según esas fuentes, Almagro no fue nunca su supervisor directo, sino que siempre lo fue el secretario para el Fortalecimiento Democrático de la OEA, Francisco Guerrero.
El reglamento interno de la OEA estipula que aquellos que tengan una relación íntima con otro miembro del personal o proveedor de servicios “se descalificarán para supervisar o evaluar a esa persona” y no podrán “participar en ningún proceso en el que se tome o examine una decisión administrativa que afecte los intereses de esa persona”.
En octubre, durante la Asamblea General de la OEA en Lima, Almagro aseguró que no había contravenido las normas del organismo y afirmó que nunca fue “supervisor de ninguna persona” con la “que tuviera una relación”.
Almagro, que fue canciller de Uruguay entre 2010 y 2015, está al frente de la OEA desde 2015 y renovó para un segundo mandato de otros 5 años en marzo de 2020.
La polémica en torno a su relación contra empleada de la OEA se ha conocido poco después de que la asamblea de gobernadores del Banco Interamericano de Desarrollo (BID) decidiera por mayoría la destitución de su presidente, Mauricio Claver-Carone, por tener una relación amorosa con una subordinada, algo que él niega.
Contenido Sugerido
Contenido GEC