La debilidad del papa Francisco por las personas que padecen terribles enfermedades ha sido puesta otra vez en manifiesto. Esta vez el sumo pontífice le dio la bendición y abrazó a un feligrés que tiene el rostro completamente desfigurado. La tierna imagen fue inmortalizada y hoy conmueve al mundo entero.
El hombre se presentó ayer, miércoles, a la Plaza de San Pedro (Vaticano) para escuchar la tradicional audiencia del santo padre. Al verlo, Francisco se acercó y le dedicó unos minutos.
Esto sucede luego de dos semanas de que el obispo de Roma abrazara a Vinicio Riva, un italiano de 53 años que padece de neurofibromatosis. Sentí que el corazón se me salía del cuerpo. Fue el paraíso, él nunca dudó en abrazarme, dijo Riva esta semana al ser consultado sobre lo que sintió al conocer a Jorge Bergoglio.