Manila. Se llama Glyzelle Palomar, es filipina y tiene 12 aos, fue una nia de la calle y sus lgrimas y preguntas al papa Francisco inspiraron el discurso que el pontfice improvis durante el encuentro con los jvenes en la universidad de Santo Tomas de Manila.
Glyzelle se present ante el papa acompaada de Jun Chura, otro exnio de la calle de 14 aos, quien ley un conmovedor testimonio sobre la vida de los pequeos filipinos abandonados y que afrontan abusos, drogas y prostitucin.
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Ambos fueron salvados de la calle por la asociacin Tulay Kabataan, la ONG que gestionaba la casa de acogida que visit el papa el pasado jueves por sorpresa.
Despus toc el turno a Glyzelle de hacer las preguntas al papa y mientras lea se ech a llorar.
Hay muchos nios abandonados por sus propios padres, muchos vctimas de muchas cosas terribles como las drogas o las prostitucin. Por qu Dios permite estas cosas, aunque no es culpa de los nios? y Por qu tan poca gente nos viene a ayudar?, pregunt la nia entre lgrimas.
Los dos nios se acercaron despus a dar al pontfice un libro con fotografas y una pulsera de su asociacin y entonces Francisco la acarici para consolarla y la nia se fundi con l en un fuerte abrazo.
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(Reuters)
El testimonio de los dos nios y las lgrimas de Glyzelle fueron de inspiracin al pontfice, que dej de lado el discurso que tena preparado y pidi permiso para improvisar en espaol.
Ella hoy ha hecho la nica pregunta que no tiene respuesta y no le alcanzaron las palabras y tuvo que decirlas con lgrimas, dijo.
Cuando nos hagan la pregunta de por qu sufren los nios () que nuestra respuesta sea o el silencio o las palabras que nacen de las lgrimas, les dijo.
E inst a los cerca 30.000 fieles que se reunieron en el campus de la universidad a no tener miedo de llorar.
Y despus dirigindose a los chicos y chicas presentes les dijo: Al mundo de hoy le falta llorar, lloran los marginados, lloran los que son dejados de lado, lloran los despreciados, pero aquellos que llevamos una vida ms o menos sin necesidades no sabemos llorar.
Solo ciertas realidades de la vida se ven con los ojos limpiados por las lgrimas, afirm.
El papa finaliz su discurso pidiendo perdn por no haber ledo el discurso, pero se justific: La realidad que me plantearon fue superior a lo que haba preparado.
Fuente: EFE