Su nombre oficial es “Misioneros de la Misericordia”. Son 1.142 sacerdotes provenientes de varios países que estarán encargados de “dar la bienvenida a aquellos que buscan el perdón” por orden de el papa Francisco.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
En otras palabras, son los “superconfesores”, un equipo especial al que el papa Francisco ha encargado de la misión especial de perdonar los pecados que solo el Sumo Pontífice u otra alta figura de la Santa Sede pueden perdonar.
El nombramiento de estos “superconfesores” se produce en el Año Santo o Jubileo de la Misericordia, que comenzó el 8 de diciembre pasado y concluirá en noviembre del 2016.
Y entre los pecados que podrán perdonar están la violación del secreto de confesión, la profanación del pan y el vino consagrados, y conspirar para matar o agredir al Papa.
El papa Francisco dio inicio al mandato de los “superconfesores” con una ceremonia en el Vaticano este miércoles (miércoles de ceniza), en la que dijo que los penitentes deberían ser “bienvenidos con los brazos abiertos”, en lugar de ser juzgados con “un sentido de superioridad”.
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El papa Francisco inauguró la misión de los “superconfesores” durante una ceremonia en el Vaticano. (Foto: Reuters)
“No es con el garrote del juicio con el que lograremos traer a las ovejas perdidas de vuelta a la iglesia”, declaró el papa Francisco en la ceremonia.
¿Quiénes son?
En mayo del 2015 el Vaticano lanzó una convocatoria para encontrar a los potenciales “superconfesores”.
Entre los requisitos que se pedían: “Artífices de un encuentro cargado de humanidad. Predicadores convincentes de la misericordia. Anunciadores de la alegría del perdón. Confesores accesibles, amables, compasivos”.
Los que desearan solicitar el cargo debían tener una carta de presentación de su propio obispo en la que “se acredite la idoneidad para llevar a cabo este ministerio”.
Para lanzar la convocatoria el arzobispo Rino Fisichella, presidente del Consejo Pontificio para la Promoción de la Nueva Evangelización, explicó que los Misioneros de la Misericordia serían enviados alrededor del mundo a predicar, ridigir retiros espirituales y escuchar confesiones.
En noviembre del 2015, cuando se cerró la convocatoria, el Vaticano comenzó la labor de selección y finalmente 1.142 sacerdotes fueron nombrados como “superconfesores”.
Según la Santa Sede los misioneros serán enviados a países como Burundi, Egipto, China o Emiratos Árabes Unidos, e incluso uno viajará a las comunidades inuit en el Ártico canadiense y otro a las zonas más remotas de Australia.
El arzobispo Fisichella informó que unos 100 sacerdotes fueron asignados para Estados Unidos.
La revista católica Vida Nueva informa que entre los superconfesores de América Latina están: Elio Said Pérez, párroco de la diócesis de Ocaña en Colombia; José Luis “Cote” Quijano, director del Instituto Superior de Catequesis Argentino y Juan de Dios Olvera Delgadillo, de la Arquidiócesis de México.
Los pecados
Como explica el arzobispo Rino Fisichella, los Misioneros de la Misericordia recibirán la autoridad para perdonar “incluso aquéllos pecados reservados únicamente para la Santa Sede”.
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El Papa nombró a cada Misionero de la Misericordia personalmente. (Foto: Getty Images)
Estos pecados incluyen:
- La violación o profanación de la eucaristía (el pan y vino consagrados). Según Fisichella éstos “ocurren mucho más frecuentemente de lo que uno pudiera pensar”.
- Podrán otorgar “absolución a un cómplice en un pecado contra el sexto mandamiento” (No cometerás actos impuros). Es decir, podrá absolver de pecado a la persona con quien el pecador ha cometido un “acto impuro”.
- La ordenación no autorizada de un obispo, “en la cual es penado tanto el obispo que realiza ordenación como el obispo que es ordenado”.
- La violación del secreto de la confesión cometida por un confesor, que el arzobispo Fiscichella llama “uno de los elementos más preciosos que la Iglesia posee”.
- La violencia física contra el Sumo Pontífice. En este último punto hay cierta confusión sobre lo que incluye “violencia física”. Según Fisichella “en ocasiones, las palabras, también, son rocas y piedras, y por lo tanto pienso que estos también son pecados y están mucho más extendidos de lo que podríamos pensar”.
Según indicó el Vaticano, cada uno los Misioneros de la Misericordia ha sido nombrado de forma exclusiva por el papa Francisco y cada uno ha recibido, por separado, “la facultad para perdonar los pecados reservados”.
Otro “pecado” que se incluye en la categoría de “graves transgresiones”, es el aborto. Pero no está incluido en esta lista que los Misioneros de la Misericordia podrán perdonar.
El anuncio fue, sin duda, para las mujeres “arrepentidas de corazón” de haberse sometido a un aborto.
Pero tal como dijeron los críticos en su momento, esto no cambia en nada la posición de la Iglesia, contraria al aborto.