“Cada persona tiene una manera de ser, de percibir, de sentir el olor, el sonido de las chicharras, el calor”, dice Pepa.
“La magia, por así decirlo, está en cómo el cerebro -a partir de un patrón de luz que le llega- puede recrear una experiencia subjetiva”, dice Juan.
Pepa es Josefa Salas Vilar, una artista plástica nacida en Úbeda, España.
El apellido de Juan es Lupiáñez, un neurocientífico cognictivo del Centro de Investigación Mente, Cerebro y Comportamiento (CIMCYC) de la Universidad de Granada, España.
Para el video de BBC Reel, “El fenomenal poder de la mente humana”, Gabriel Pecot y Cecilia Guardati hablaron con ellos y reflexionaron sobre aquello que Albert Einstein dijo que era “meramente una ilusión, aunque una muy persistente”: la realidad.
Una cita muy pertinente pues para algunos es real pero para otros no: aseguran que el padre de la Física moderna nunca lo dijo.
Y eso es precisamente de lo que se trata lo que leerás a continuación, de la percepción de la realidad, en palabras del neurocientífico y la artista.
“Si un extraterrestre llegará a la Tierra, no percibiría igual que nosotros.
“Probablemente, la misma estimulación visual le llevaría a tener una experiencia subjetiva distinta, porque a ese individuo, ese patrón de luz que le llegara a sus ojos le serviría para construir una realidad que tiene sentido en el mundo en el que ha aprendido a percibir.
“La percepción es una experiencia subjetiva, y podemos decir que cada uno tiene la suya, aunque podamos comunicarla y llegar a un acuerdo grande, para saber que esto tiene la forma de la letra A o que esto es de color rojo o que esto es un coche.
“La experiencia que nos llega es enorme.
“Lo que yo termino percibiendo es una selección de la estimulación que me llega.
“Hay personas que oyen los colores o que huelen los sabores o que ven formas en función de la temperatura.
“La sinestesia es básicamente una percepción distinta de la habitual, donde se mezclan los sentidos”.
“Es como una luz, un fotismo (el nombre de la imagen visualizada o percibida por una persona sinestésica).
“Es como cuando mira el Sol mucho tiempo y cierra los ojos y se ve como ese halo de luz.
“Aparecen en el espacio. Cuando tú hablas, la palabra toma ese color y desaparece cuando viene otra palabra y así.
“Y como la melodía de tu voz es diferente a la de otra persona, entonces tiene un movimiento, tiene su espacio; algunas palabras o sonidos tienen tridimensionalidad, formas geométricas, profundidades, vibraciones.
“Es como una película con subtítulos.
“Para mí, la sinestesia es una intuición de certeza.
“Todos esos colores que se añaden a la música, a las personalidades, a los días de la semana, el espacio-tiempo es un extra de información que me ayuda a sobrevivir en el mundo que me rodea.
“Yo creo que la sinestesia es como un potenciador de intensidades.
“Pero no me gusta decir que soy sinestésica porque no todo el mundo se lo toma como algo normal, sino como algo de risa”.
“La sinestesia no es ninguna percepción paranormal ni es una percepción patológica.
“Es importante distinguir que una alucinación sería tener una experiencia a partir de la ausencia de estimulación. La sinestesia es una percepción real a partir de un estímulo.
“La única diferencia es que se producen intercambios entre modalidades sensoriales.
“Se considera que al nacer todas las personas son en cierta medida sinestésicas. Y con el paso del tiempo, los sentidos -que trabajan de una forma mezclada- se van separando y diferentes áreas cerebrales se especializan en la percepción visual, percepción auditiva...
“De alguna manera, la sinestesia debe ser una alteración, probablemente predeterminada genéticamente, en la que no se produce esa separación neural entre la percepción de los diferentes sentidos.
“¿Cómo sabemos que una persona es realmente sinestésica y no que tiene asociaciones entre diferentes modalidades sensoriales?
“Yo le muestro una paleta de colores, siempre el mismo color. Lo hago hoy, mañana, dentro de una semana y dentro de un mes.
“Las personas que no son sinestésicas demuestran también algunas asociaciones, pero no son exactas con el tono concreto o puede ser que varíen de un día a otro el color.
“Y la otra prueba es la automaticidad, es decir, cómo de rápido te digo del color que veo la letra.
“La percepción sinestésica es automática y sistemática”.
“Yo soy una pieza de un puzzle y el arte es como, digamos, '¡Ah! He encontrado el puzzle mío'. Ahora encajo, ahora me puedo expresar.
“Mucho de mi obra es en blanco y negro, con un acento de color. Ese acento de color a veces puede recordar esa percepción sinestésica que yo siento, como una luz que viene e interrumpe la obra.
“¿Quién no se ha sentido alguna vez fuera de lugar, un bicho raro, como que no encaja en la ciudad de la familia, en el país, en el planeta.
“En mi obra trató de conseguir en el público una empatía.
“Lo diferente nos enriquece y nos hace plurales”.
“Investigando la sinestesia de lo que nos dimos cuenta es que realmente lo que es fantástico, fenomenal, es la propia percepción humana.
“El sinestésico no es que perciba dos realidades, él percibe su realidad.
“¿La realidad real? No sabemos cuál es, nosotros sabemos la que percibimos”.
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