León Ferrari, fallecido este jueves a los 92 años, era uno de los más prestigiosos artistas de Argentina, pero también una de las figuras que más enfureció a los católicos de su país. Entre ellos, al entonces cardenal Jorge Bergoglio, quien calificó una de sus muestras como una vergüenza para Buenos Aires.
Hoy me dirijo a ustedes muy dolido por la blasfemia que es perpetrada en el Centro Cultural Recoleta con motivo de una exposición plástica, escribió en 2004 en una de sus cartas pastorales el entonces purpurado de Buenos Aires.
El motivo era la muestra retrospectiva de la obra de Ferrari, en la que se incluía un objeto de Jesús crucificado sobre un avión bombardero estadounidense.
Bergoglio, hoy el papa Francisco, dijo sentirse apenado en aquella misiva porque este evento sea realizado en un Centro Cultural que se sostiene con el dinero que el pueblo cristiano y personas de buena voluntad aportan con sus impuestos.
Un grupo de fieles entró gritando a la muestra y destrozó algunas de las obras de Ferrari, que sin embargo se mostró luego feliz por la polémica.
Es una especie de favor que me hizo Bergoglio, le dijo el provocador artista al diario Página/12 con motivo del León de Oro de la Bienal de Venecia a la mejor obra de la Exposición Internacional en 2007. Llegó a bromear diciendo que nunca antes un artista había recibido tanta publicidad.
La polémica de 2004 despertó uno de los más intensos debates sobre el arte, el respeto a las creencias y la libertad de expresión presenciados en Argentina, explica el corresponsal de BBC Mundo en Buenos Aires, Ignacio de los Reyes.
CRÍTICAS A LA IGLESIA Y A LOS MILITARES Ferrari plasmó en sus obras conceptos como la guerra, la religión, el poder y el sexo, a través de pinturas y esculturas elaboradas con materiales diversos.
Entre sus obras se incluyen fuertes críticas a la Iglesia Católica, como una instalación dentro de una jaula con excrementos de palomas sobre una reproducción del célebre fresco Juicio Final de Miguel Ángel en la Capilla Sixtina del Vaticano.
O escenas de vírgenes y santos en licuadoras o ralladores de queso. Quizás, como él reconoció en alguna ocasión, influenciado por el trabajo de su padre, un artista italiano que pintaba iglesias de Argentina.
Nacido en Buenos Aires en 1920, Ferrari era un artista reconocido internacionalmente por su actitud irreverente y por sus denuncias sociales. En 1976 tuvo que exiliarse del país estableciéndose en Brasil, tras el triunfo del gobierno de facto en Argentina.
De hecho, los gobernantes del régimen militar argentino fueron también objeto de su obra, retratados a menudo como nazis -es célebre una imagen del rostro de Hitler escondido tras la Casa Rosada, donde se puede ver al gobernante de facto Rafael Videla -.
En 2010 Ferrari fue distinguido con el Premio al Mejor Artista Internacional vivo por el conjunto de obras presentadas en la feria de arte contemporáneo de Madrid ARCO.
El pasado año recibió el premio Konex de Brillante, uno de los más importantes de las artes en Argentina.
Su obra fue expuesta en algunos de los más importantes museos del mundo, desde el MOMA de Nueva York, el Museo Reina Sofía de Madrid o la Pinacoteca de Sao Paulo.
A los 92 años falleció hoy en la Ciudad el prestigioso León Ferrari, a quien recordaremos siempre por sus controvertidas obras, señaló la secretaría de Cultura del gobierno de la ciudad de Buenos Aires en su sitio oficial.