En lo que respecta al mundo del arte, algunos percances pueden tener un costo muy alto, a veces incluso de millones de dólares.
Es lo que sucedió con una pintura del siglo XVII inspirada por Leonardo Da Vinci, después de que un niño de 12 años la perforara accidentalmente durante una exhibición el domingo pasado en Tapéi, Taiwán.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El chico caminaba por la sala cuando, en un momento dado, su mano fue a parar al cuadro del pintor italiano Paolo Porpora, “Flowers” (Flores), valorado en US$1,5 millones.
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El cuadro de Porpola tenía 350 años. En la imagen, las diferentes fases del proceso de restauración. (Foto: Leo Tsai)
La pintura tenía 350 años y, según el restaurador taiwanés Leo Tsai, se trataba de “una pintura muy delicada”.
“La prioridad era fortalecer su estructura, no retocar la pintura en la zona dañada”, dijo Tsai.
Los organizadores de la exhibición anunciaron que no reclamarán el costo de los daños al niño o su familia.
La pieza, que pertenece a un coleccionista privado, será trasladada a Italia para finalizar los trabajos de restauración, según reveló una agencia de noticias local.
El codo de US$40 millones
Pero ha habido otros “catastróficos” accidentes artísticos todavía más costosos.
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Uno de los restauradores dijo a BBC que se trataba de una obra “muy delicada”. (Foto: Leo Tsai)
En el año 2006, el magnate de casinos Steve Wynn perforó, por accidente, una famosa obra de Pablo Picasso: Le Rêve (El Sueño).
El empresario estadounidense, cuya faceta de coleccionista de arte es bien conocida, era el propietario de la pintura en ese momento, y tenía la intención de vendérsela a un amigo.
Wynn estaba mostrando la obra cuando, al apoyar su codo en el lienzo, causó un agujero en el mismo, un estrambótico accidente del cual los medios norteamericanos se hicieron eco enseguida, bajo el título “El Codo de US$40 millones”.
La venta fue cancelada. Pero Wynn logró recuperarse de sus pérdidas. En el 2013, vendió la pintura restaurada al mismo amigo por un precio mucho más alto: US$155 millones.
La caída de $US 471.000
También en el 2006, un hombre estrelló tres jarrones de porcelana de la dinastía Qing contra una ventana del Museo Fitzwilliamn de la Universidad de Cambridge, Reino Unido, al resbalar por las escaleras.
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Los jarrones, restaurados, se exhiben ahora en cajas especiales para evitar que vuelvan a romperse. (Foto: Getty Images)
Las vasijas habían sido creadas en China entre finales del siglo XVII y principios del XVIII, y formaban parte de una colección valorada en US$471.000 en ese momento.
El museo tardó seis meses en reparar los jarrones, que ahora se exhiben en unas cajas de protección especiales.
El sonado incidente inspiró más adelante a un artista alemán, quien hizo una réplica de la escena, en una instalación que denominó “Aterrizaje”.
Ahora, el museo vende postales con rompecabezas de las vasijas.
El hombre que causó el accidente no tuvo que asumir ningún coste.
La protesta de US$10.000
Otro “estrellado” accidente, con un final menos afortunado, tuvo lugar en el 2014, cuando el artista de Florida Máximo Caminero rompió deliberadamente un jarrón chino del artista Ai Weiwei.
Caminero entró en el Pérez Art Museum de Miami, eligió una de las obras de Ai y la arrojó al suelo.
El artista fue arrestado rápidamente y declarado culpable de conducta criminal, y tuvo que asumir un costo de US$ 10.000 por los daños causados.
Caminero dijo que lo hizo para quejarse contra la supuesta preferencia del museo en exhibir artistas internacionales.
También dijo que entendió la obra de Ai como una “provocación” para “unirse a él en un acto de protesta”.
Las vasijas estaban expuestas justo delante de otra obra del mismo artista, denominada “Rompiendo la Urna de una Dinastía Han”, que consistía en tres fotografías enormes, en las cuales el artista chino rompía en pedazos un jarrón.
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Máximo Caminero aseguró, tras romper una de las vasijas de Ai Weiwei, que pensó que se trataba de “una provocación para llevar a cabo un acto de protesta”. (Foto: Getty Images)
Más tarde, Caminero dijo que no se dio cuenta de que el jarrón era tan viejo y aseguró que él pensaba que se trataba de “una maceta de (la franquicia norteamericana) Home Depot”.
Este incidente provocó un debate sobre el arte contemporáneo.
Incluso el propio Ai fue criticado por destruir los jarrones antiguos, llenándolos con pintura y -en algunos casos- rompiéndolos.
A pesar de todo, Ai contó al Morning Post de China que él “rompió sus propios jarrones, mientras que los que había roto Caminero, no pertenecían a él”.
Y agregó: “El arte del comportamiento puede llegar a extremos; por ejemplo, puedes causarte daño a ti mismo, pero no puedes causar daño a otros por amor al arte, ¿verdad?”.