Los republicanos en la cámara baja criticaron el miércoles con dureza el proyecto de ley aprobado la víspera en el primer debate por una comisión del Senado, poniendo una vez más en evidencia los obstáculos que debe salvar la reforma migratoria antes de llegar al despacho del presidente Barack Obama para su aprobación.
El presidente de la comisión judicial de la cámara baja Bob Goodlatte, republicano por Virginia, dijo que la versión del Senado adolece de los mecanismos necesarios para garantizar un reforzamiento de la seguridad fronteriza antes de que los 11 millones de inmigrantes sin papeles puedan obtener un estatus legal provisional.
Al encabezar una audiencia convocada específicamente para analizar el proyecto de ley aprobado por el Senado, Goodlatte señaló que esa iniciativa simplemente requiere al Departamento de Seguridad Nacional presentar un plan de seguridad fronteriza para iniciar la legalización de 11 millones de inmigrantes ilegales.
Sin asegurar la frontera, y con la simple presentación de un plan, los inmigrantes ilegales pueden obtener un estatus provisional, agregó. La estrategia no tiene que estar completa ni ser más que una fantasía.
A FAVOR DE LA ILEGALIDAD Goodlatte también criticó al proyecto de ley del Senado porque concede un plazo de siete años antes de conceder carácter obligatorio al E-Verify, una base de datos actualizada por el gobierno federal que permite a los patronos verificar si sus empleados están autorizados legalmente para trabajar en Estados Unidos.
El republicano por Texas Lamar Smith se preguntó porqué los estadounidenses deberían apoyar una reforma migratoria que no incluye una fecha específica para reforzar la seguridad fronteriza y que por lo tanto propiciaría futuras oleadas de inmigración ilegal al legalizar a los inmigrantes actualmente sin papeles.
La iniciativa de ley del Senado condiciona la nacionalización de los inmigrantes a un reforzamiento de la seguridad fronteriza. Sólo podrán solicitarla quienes no tengan antecedentes judiciales, si pagan tarifas y multas por 2.000 dólares y si aceptan vivir en el país durante diez años con un estatus migratorio provisional que les permite trabajar y viajar al extranjero.
Además de establecer un camino hacia la ciudadanía para los 11 millones de inmigrantes que viven en el país, el proyecto creó un nuevo programa de trabajadores extranjeros poco calificados y permitiría que más empleados altamente cualificados puedan entrar al país.
REPUBLICANOS EN EL SENADO El jefe de la bancada republicana en el Senado, Mitch McConnell (Kentucky), dijo el miércoles a la televisora Fox que no se opondrá a que el proyecto de ley aprobado la víspera sea debatido en el pleno, pero se abstuvo de decir si lo apoya.
Estoy indeciso sobre el proyecto de ley pero no indeciso sobre el problema, dijo. Obviamente no puedes mejorar el estatus quo, no puedes arreglar la frontera a menos que tomes alguna acción. Si este proyecto de ley logra eso, creo no lo sabremos hasta que termine este debate.
A diferencia del enfoque integral que el Senado ha dado a la reforma migratoria, la mayoría republicana en la cámara baja ha presentado proyectos de ley separados a la espera de que un grupo bipartidista presente su versión tras negociar a puertas cerradas y de manera interrumpida desde 2009.
El republicano por Idaho Raúl Labrador, uno de los ocho negociadores, dijo el miércoles a reporteros que los republicanos han dado un ultimátum hasta el jueves a sus colegas demócratas para superar la discrepancia sobre quién debe asumir el costo de las pólizas de seguro médico de los inmigrantes sin papeles, cuyo costo anual oscila los 20.000 dólares anuales.
Si (los inmigrantes sin papeles) no pueden costear su propio seguro médico, no hay razón alguna para que los contribuyentes estadounidenses asuman ese costo, dijo Tal vez significa que ellos no deberían estar aquí en Estados Unidos. No me importa quién termina pagando por eso, siempre que no sea el contribuyente.