Sao Paulo (EFE) La presidenta brasileña, Dilma Rousseff, dijo hoy que espera que los gobernadores de los 12 estados en los que se encuentran las ciudades sede del Mundial de fútbol 2014 pidan el refuerzo de las Fuerzas Armadas durante la competición.
“Ofrecí a todos los gobernadores de ciudades del Mundial, quienes tienen el poder, el apoyo de las Fuerzas Armadas, de la Policía Federal, de la Policía de Carreteras y de la Fuerza Nacional de Seguridad Pública. Creo que todos aceptarán, y tendrán nuestra apoyo”, afirmó la mandantaria en una entrevista a la televisión.
En este sentido, Rousseff añadió que el Gobierno brasileño está trabajando intensamente para garantizar la seguridad de los jefes de Estado, las delegaciones, los aficionados y los turistas durante el torneo, que empieza el próximo 12 de junio.
“No admitiremos que haya cualquier tipo de obstáculo intentando impedir que las personas asistan al Mundial, que las personas tengan acceso al Mundial”, comentó la presidente, quien no dejó de defender la legitimidad de las manifestaciones.
Hace una semana una nueva ola de protestas de transportistas, policías, profesores e indígenas se registró en distintas ciudades brasileñas. La más controversial fue quizás la de los aborígenes, quienes llegaron a bloquear el ingreso del Ministerio de Justicia en protesta contra un proyecto de ley que afectaría sus reservas naturales.
Preguntada por una declaraciones en las que el secretario general de la FIFA, Jérôme Valcke, afirmaba que para Brasil “es más importante ganar la final del Mundial” que el propio éxito de la organización del evento, la presidenta aseguró que difería con eso.
“No estoy de acuerdo desde hace mucho tiempo con declaraciones variadas. No estoy de acuerdo, Brasil es muy capaz de hacer las dos cosas (...) Es incorrecto que un país que recibe la Copa sea obligado a escuchar ciertas opiniones indebidas sobre sí mismo y sobre su soberanía, un país que tiene condiciones, de forma absolutamente ordenada, de hacer la mejor Copa del Mundo”, añadió.