“NUNCA ME HARÍA UN SELFIE AQUÍ”
Procedente de Singapur, Jorene Chai, una turista de 26 años, considera la ceremonia “bastante asqueante y sangrienta”. “Nunca me haría un selfie aquí”, exclama.
Waldemar Traczyk, un profesor de historia polaco que ahorró durante siete años para poder viajar al archipiélago en compañía de su esposa, considera por su parte que “hay demasiada sangre”.
“Pero es interesante saber por qué una práctica que existía en el siglo XVII en Europa perdura en Filipinas”, asegura.
La Iglesia sigue siendo muy influyente en el país, donde se opone al divorcio y la contracepción.
Único país cristiano de Asia junto con Timor Oriental, Filipinas cuenta también una minoría musulmana en el sur del archipiélago, sobre todo en la isla de Mindanao.