María Corina Machado, la cara femenina de la oposición venezolana, asegura que la democracia de su país sufre la traición de Latinoamérica, aunque excluyó de ello al papa Francisco, quien podría apurar la transición hacia la democracia como sucedió en Europa del Este con el polaco Juan Pablo II.
Los Gobiernos de Latinoamérica nos han traicionado. Traicionaron a la democracia de Venezuela, a los demócratas venezolanos que combatieron al fallecido Hugo Chávez y mantienen la lucha contra la ‘neodictadura’ de Nicolás Maduro, dijo en una entrevista a EFE.
Le reconozco a la Iglesia católica añadió el rol político que ha ejercido durante siglos y en las últimas décadas la influencia innegable del Vaticano a favor de la democracia, la justicia, la dignidad y la libertad humana en Europa Oriental con Juan Pablo II.
Ahora, con un Papa argentino, un Pontífice de aquí, quizá se repita la historia, lo que repercutiría en toda la región porque, alertó, no se engañen que el de Venezuela es un problema regional.
Esta ingeniera y diputada de 46 años, la más votada del país, no ha dejado la primera fila opositora desde el referendo que en 2004 intentó sacar del poder a Chávez y luego de que en 2005 fuera recibida en la Casa Blanca por el entonces presidente estadounidense, George W. Bush.
Pocos días después de las elecciones del pasado 14 de abril, Machado destacó entre los diputados que fueron golpeados en plena sesión parlamentaria. Los legisladores opositores denunciaban un golpe del chavismo contra el Legislativo al impedírseles hablar por no reconocer la legitimidad de Maduro como gobernante. CRÍTICÓ A PAÍSES DE LA REGIÓN Y A ESTADOS UNIDOS Machado alertó sobre una variable que se ignora debido a sus muy peligrosas y muy dolorosas consecuencias: la compleja red de intereses trasnacionales a favor de Maduro. No me refiero exclusivamente al régimen cubano, porque tanto o más pernicioso que esa influencia cubana es la de las mafias rusas, indicó, al señalar que éstas están en los sectores venezolanos de las armas, el petróleo, la minería, la construcción y otros.
Por ello, insistió Machado, no le puede convenir a ningún presidente democrático asociarse a Maduro, gobernante de un país aparentemente adormecido en el cual puede pasar así cualquier cosa, porque la efervescencia social es brutal.
Sobre las razones de esa alegada traición latinoamericana, la achacó a diversos factores y no solo a la dependencia del petróleo venezolano. Este régimen, de manera muy hábil y con la dirección cubana, ha hecho rehenes a Gobiernos de países que dependen del petróleo, pero también es apoyado por Bolivia, Ecuador, Nicaragua y Argentina que han sucumbido al modelo y son partidarios de él.
Sobre Brasil, Chile, México y Perú, Machado dijo que para los venezolanos es inaceptable e incomprensible que no apoyen la democracia venezolana. También tildó de inaudito e inaceptable que en la Asamblea General de la Organización de Estados Americanos (OEA) de Guatemala no se alzara la voz de siquiera uno de los Gobiernos del continente contra la neodictadura venezolana, entre ellas la de Canadá ni la del Gobierno estadounidense.
Estados Unidos tiene un enorme complejo y no se atreve a decir lo que piensa; sus autoridades no quieren ser los únicos que lo digan y así tienen una excusa para no hacer nada, indicó