El agua alrededor de la isla Mnemba es tan clara que el arrecife de coral que se encuentra a diez metros bajo la superficie parece casi al alcance de la mano.
El colorido arrecife en forma ovalada se extiende desde la pequeña isla a lo largo de siete kilómetros.
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Es conocido en todo el mundo por su belleza, hasta el punto de que el gobierno de Zanzíbar, una parte semiautónoma de Tanzania, lo ha designado área de conservación marina.
Los corales y la vida marina que sustentan no sólo son espectaculares a la vista, sino que también brindan un medio de vida a las personas que viven en la isla a través de la pesca y el turismo.
Pero el arrecife está amenazado.
El cambio climático ha provocado temperaturas del mar más cálidas.
Esto ha estresado al coral, provocando que expulse las algas de colores brillantes que viven en su interior y le proporcionan nutrientes. A medida que las algas se van, el coral se desvanece, se blanquea y finalmente muere.
El arrecife también ha sufrido prácticas de pesca invasivas, incluida la pesca con dinamita y submarina, así como barcos turísticos no regulados y buzos que causan daños.
“La disponibilidad de pescado en el pasado en comparación con la actual muestra una diferencia significativa”, dice Juma Mshindani, un pescador local.
“Antes había mucho pescado. Pero ahora, el número de personas y los métodos de pesca han aumentado significativamente, incluido el uso de diversas trampas, como redes y sedales”.
Mshindani dice que algunos pescadores utilizan equipos improvisados y dañinos, como mosquiteros, porque son más baratos de comprar. Incluso ha visto redes de arcos de fútbol utilizadas para pescar.
Hace tres años, el daño al arrecife de Mnemba fue tan extremo que la comunidad se dio cuenta de que si no trabajaban para conservarlo, no sólo desaparecería, sino que también se verían obligados a mudarse debido a la falta de ingresos.
En septiembre de 2021, las comunidades locales comenzaron a trabajar con las organizaciones de turismo responsable “&Beyond” y “African Foundation” para reparar el arrecife, proteger el área de conservación marina y apoyar la pesca sostenible.
Lo hicieron construyendo estructuras de acero con forma de estrellas de mar y de tortugas para reflejar la vida silvestre en el arrecife.
Las estructuras las fijaron al arrecife existente y las plantaron con coral recién cultivado del vivero submarino.
Tres años después del inicio de este proyecto, los resultados son alentadores: se ha restaurado el 80% de la cobertura del coral.
“Es como si hubieran crecido por sí solos”, dice la experta en conservación Hija Uledi.
“Hemos restaurado el arrecife y no se nota la diferencia con los naturales. Ahora tienen peces por ahí. El trabajo es genial y se pueden ver muchas especies”.
Camilla Floros, directora de programas y científica principal de Oceans Without Borders (Océanos sin Fronteras), dice que el plan de restauración en curso tiene el cuidado de trabajar con los materiales naturales del arrecife.
“El uso de materiales inadecuados para los arrecifes artificiales puede tener consecuencias negativas. Cuando comenzaron los arrecifes artificiales, la gente utilizaba materiales inadecuados, como tirar neumáticos, para intentar crearlos. Ese no es el enfoque correcto”, afirma.
“Lo que hemos hecho es utilizar la roca de coral natural”, dice, refiriéndose a los sitios donde se trasplanta el coral recién cultivado.
Según Floros, este tipo de proyecto de regeneración funciona mejor si la comunidad local lo apoya.
“Cada vez que tenemos una nueva iniciativa, la discutimos con ellos y conseguimos su aprobación”, afirma.
Atuwa Omar es una residente local que participó en la restauración.
Antes de asumir como guía de conservación, la joven de 24 años estaba en casa cuidando a su hijo pequeño.
“Ser parte de este proyecto en la isla de Mnemba no sólo me permite proporcionar alimentos para mi familia, sino que también apoya la educación de mi hijo”, afirma.
Atuwa es actualmente la única mujer que trabaja en el proyecto, lo que, según ella, tiene sus propios desafíos.
“Me encontré con cierta oposición, especialmente por parte de los hombres, que cuestionan mi decisión de dedicarme a un trabajo que consideran dominado por ellos. Sin embargo, creo firmemente que el trabajo no debería limitarse a normas de género”, afirma.
Pero restaurar el arrecife no sólo consiste en reemplazar la cobertura del coral, sino también de limitar las prácticas dañinas del turismo y la pesca.
“Al principio, la zona enfrentó una presión importante del turismo, con 200 barcos que transportaban al menos 400 turistas entrando en un área de sólo 200 metros cuadrados”, dice Bakari Jaha, coordinador de la Fundación África Zanzíbar.
“Para preservar la zona, el gobierno, junto con &Beyond y African Foundation, decidieron limitar el número de turistas a 80”, afirma.
En el pasado, a cada persona se le cobrara $3 por visitar el arrecife. Este costo ahora ha aumentado a $25.
“Este enfoque no sólo ha mejorado la preservación del medio ambiente sino que también ha aumentado los ingresos”, afirma Jaha.
Por otra parte, la pesca, que estaba causando importantes daños, ha sido suspendida en las zonas donde se está restaurando el arrecife.
“Hemos visto cambios positivos. Las prácticas ilegales, como el uso de bombas, han disminuido y los pescadores han adquirido más conocimientos sobre métodos de pesca sostenibles”, afirma el pescador Mshenga Ally.
El gobierno de Zanzíbar dice que está tan entusiasmado por el éxito del proyecto de restauración de Mnemba que está buscando expandirlo a otras áreas amenazadas.
“El gobierno ha identificado 14 áreas con arrecifes no dañados y otras con corales dañados y estamos planeando preservarlos... hemos colocado boyas para que la gente tenga cuidado, entendiendo que no se permiten actividades de pesca en ese lugar”, dice el Makame Omar Makame, director del Departamento Marino de Zanzíbar.
Las presiones sobre los arrecifes de Zanzíbar reflejan las amenazas que enfrentan los arrecifes de coral en todo el mundo. Quienes participan en el proyecto Mnemba dicen que esperan que pueda ayudar a otras áreas amenazadas.
“La relación entre el mar y los corales es crucial para la salud de los océanos. Hemos sido testigos de la regeneración de los corales, incluso a profundidades significativas”, dice Bakari Jaha.
“Estamos permitiendo que las condiciones del mar restablezcan los arrecifes a su estado original”, concluye.
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