Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Un pueblo en Sierra Leona, demasiado remoto como para recibir la ayuda de las autoridades, enfrenta al ébola con una medida drástica.
La calle divide a los muertos y moribundos de los vivos. Este lugar está en las afueras de la población Port Loko y la gente desaparece en el camino, como si se tratase de un pueblo fantasma.
Un grupo de niños forma un batallón curioso. Algunos parecen tener fiebre. El reportero de la BBC les dice que levanten la mano quiénes son huérfanos. Sorpresa: lo son casi todos. Estos pequeños observan desde el otro lado de la calle y creen que en ese espacio están a salvo. Error. La cercanía a los portadores del virus sin protección, los vuelve vulnerables.
A los escasos metros, un hombre intenta cuidar a su esposa enferma sin la indumentaria requerida. Ella le dice que si no llegan a auxiliarla, morirá.
En otro lado del pueblo, una adolescente de 14 años cuenta que a su padre se lo llevaron cuando se contagió y nunca más supo nada de él. Ella llegó hasta ese lugar en un intento de huir del virus.
-