Un profesor de ciencias de una zona rural de kenia que dona la mayor parte de su salario para apoyar a los alumnos más pobres fue elegido este domingo como el mejor profesor del mundo.
Peter Tabichi ganó el Global Teacher Prize (conocido como el “Nobel de Educación”) de 2019, dotado con US$1 millón.
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Entre los diez finalistas también hubo representantes latinos: el argentino Martín Salvetti, la brasileña Débora Garofalo y la cubano-estadounidense Melissa Salguero.
Además de profesor, Tabichi es monje franciscano o miembro de la orden religiosa católica fundada por San Francisco de Asís en el siglo XIII.
Tabichi ha sido elogiado por sus logros en una escuela de escasos recursos, con clases abarrotadas y pocos libros de texto.
Regala el 80% de su sueldo para apoyar a los alumnos, de la escuela secundaria Keriko Mixed Day en la villa Pwani, Nakuru, en una parte remota del Valle del Rift, en el suroeste de Kenia, que de otro modo no podría pagar sus uniformes o libros.
El maestro quiere que los alumnos vean que “la ciencia es el camino a seguir” para su futuro.
El premio, anunciado en una ceremonia en Dubái, reconoció el compromiso “excepcional” del docente con los alumnos.
Mejorando la ciencia
“No se trata solo de dinero”, dice Tabichi, cuyos alumnos son casi todos de familias muy desfavorecidas.
Muchos son huérfanos o perdieron a su padre o a su madre.
El maestro de 36 años quiere elevar el nivel de aspiraciones de sus estudiantes y promover la causa de la ciencia, no solo en Kenia sino en toda África.
Al recibir el galardón, Tabichi destacó el potencial de la población joven de África.
“Como profesor que está en las aulas, he visto la promesa de sus jóvenes: su curiosidad, su talento, su inteligencia, sus creencias”, dijo.
“Los jóvenes de África ya no se verán frenados por las bajas expectativas. África producirá científicos, ingenieros, empresarios, cuyos nombres serán famosos algún día en todos los rincones del mundo. Y las niñas serán gran parte de esta historia”, señaló.
La Fundación Varkey, que entrega el premio, lo eligió entre 10.000 profesores nominados de 179 países.
Carencias
El hermano Peter dice que hay “desafíos con la falta de instalaciones” en su escuela, incluyendo la escasez de libros o maestros.
Las clases destinadas para entre 35 y 40 alumnos se imparten en grupos de 70 u 80 lo que, según él, significa salones de clases superpoblados y problemas para los maestros.
La falta de una conexión confiable a internet lo obliga a viajar a un cibercafé para descargar recursos para sus lecciones de ciencia.
Muchos de los alumnos caminan más de 6 km en trochas para llegar a la escuela.
Pero Tabichi dice que está decidido a darles la oportunidad de aprender sobre ciencia y elevar sus horizontes.
Sus alumnos han tenido éxito en concursos de ciencia nacionales e internacionales. Incluso ganaron un premio de la Real Academia de Química de Reino Unido.
Los jueces dijeron que su trabajo en la escuela había “mejorado dramáticamente los resultados de sus alumnos”, y que muchos más ahora están en la universidad a pesar de que los recursos en las escuelas están “severamente limitados”.
Estado de la enseñanza
El hermano Peter dice que uno de sus desafíos ha sido visitar a las familias cuyos niños corren el riesgo de abandonar la escuela para persuadirlas y que reconozcan el valor de la educación.
También intenta cambiar la mentalidad de las familias que esperan que sus hijas se casen a una edad temprana, para que en su lugar las mantengan matriculadas en la escuela.
Tabichi dijo que el premio era una señal optimista.
“Amanece en África. Los cielos están despejados. El día es joven y hay una página en blanco por escribir. Este es el momento de África”, dijo.
El presidente de Kenia, Uhuru Kenyatta, felicitó a Tabichi.
“Peter: su historia es la historia de África, un joven continente lleno de talento. Sus estudiantes han demostrado que pueden competir entre los mejores del mundo en ciencia, tecnología y todos los campos del esfuerzo humano”, dijo el mandatario.
El concurso busca elevar el estatus de la profesión docente.
La ganadora de 2018 fue una maestra de arte del norte de Londres, Andria Zafirakou.
El fundador del premio, Sunny Varkey, espera que la historia de Tabichi “inspire a quienes buscan ingresar a la docencia y que sea un foco poderoso en el increíble trabajo que realizan los maestros en Kenia y en el mundo todos los días”.
“Las miles de nominaciones y solicitudes que recibimos de todos los rincones del planeta son testimonio de los logros de los maestros y el enorme impacto que tienen en todas nuestras vidas”, dijo.