El pánico por el ébola se desató ayer en las calles de Monrovia, capital de Liberia, cuando un joven que estaba en cuarentena se escapó del centro de aislamiento y amenazó a la gente con contagiarles el mal.
El joven, que vestía ropa short y polo y estaba sin zapatos, se dirigió a un mercado a buscar comida, generando temor entre el público. El sujeto caminó con un palo y con piedras en la mano para atemorizar a la gente que se cruzaba en su camino. Por suerte, el personal médico, ataviado con trajes protectores, logró localizarlo y obligarlo a subir a una camioneta.
“El paciente abandonó la zona de casos sospechosos de nuestro centro en Monrovia después de que empezó a sentirse desorientado. Un equipo lo siguió hasta el barrio y le trajo de vuelta para proporcionarle atención médica. Poco después fue dado de alta. Lógicamente hay un gran miedo y estigmatización en torno al ébola en África occidental, lo que hace que el trabajo de promoción de la salud sea una parte muy importante de la respuesta”, dijo Médico sin Fronteras a el diario “El País”.