Con China declarando la victoria sobre la pandemia, las históricas protestas de noviembre que llevaron al fin de las reglas de cero covid han empezado a desvanecerse de la memoria.
Pero a medida que el país continuaba hacia adelante, muchos de los que participaron en las manifestaciones empezaron a desaparecer, arrestados por las autoridades en medio de una silenciosa represión contra los disidentes que no hace sino profundizarse.
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Miles se manifestaron en contra de las políticas restrictivas de covid mostrando hojas en blanco en la oscuridad durante las llamadas protestas del Libro Blanco. Fue una muy poco común muestra de crítica al gobernante Partido Comunista Chino y a su líder Xi Jinping.
En ese momento, fueron pocos los arrestos que hizo la policía. Ahora, meses después, activistas chinos dicen que decenas de esos manifestantes están bajo custodia policial.
Un grupo estima que ha habido más de 100 arrestos.
Grupos de derechos internacionales y universidades extranjeras han pedido su liberación. Y grupos activistas han publicado listas con los nombres de los presuntos detenidos. Esto incluye a quienes protestaron en Pekín y en otras ciudades como Shanghai, Guangzhou y Nankín.
Las autoridades chinas no han respondido a las consultas sobre las detenciones. Pero a través de entrevistas con amigos y abogados, la BBC pudo verificar los nombres de 12 personas arrestadas en Pekín.
Al menos cinco de ellos han sido puestos en libertad bajo fianza. Entre los que aún están bajo custodia, cuatro mujeres -Cao Zhixin, Li Siqi, Li Yuanjing y Zhai Dengrui- han sido arrestadas formalmente por “provocar peleas y problemas”.
Este es un cargo notoriamente vago que conlleva una sentencia máxima de cinco años, y los críticos dicen que a menudo se usa para sofocar la disidencia.
Muchos de los arrestados tienen una buena educación (algunos asistieron a universidades en Reino Unido y EE.UU.) e incluyen escritores, periodistas, un músico, un maestro y un profesional de la industria financiera.
La mayoría de los detenidos de Pekín formaban parte de una red informal de amigos que compartían el amor por las artes y que a menudo se reunían en clubes de lectura, proyecciones de películas y debates. Muchas de ellas eran mujeres.
Según los informes, la policía las ha interrogado sobre si eran feministas o estaban involucradas en “actividades feministas”. Las autoridades chinas han reprimido o censurado cada vez más a las activistas por los derechos de las mujeres en los últimos años.
Aunque el grupo tenía conciencia social y algunos miembros habían mostrado su apoyo a la figura de #MeToo Xianzi, no eran activistas, insistieron sus amigos.
“Son solo un grupo de jóvenes preocupados por la sociedad… mi amiga está interesada no solo en los derechos de las mujeres, sino también en los derechos humanos y los derechos de los vulnerables. Esto no tiene nada que ver con actividades relacionadas con el feminismo”, dijo la amiga de una las detenidas.
El 27 de noviembre, varias mujeres del grupo se unieron a una vigilia pública en el río Liangma en Pekín.
El evento fue uno de los muchos que se llevaron a cabo espontáneamente en China esa noche para llorar a las víctimas de un evento que conmocionó a China, el incendio en un apartamento en Urumqi; muchos creían que las víctimas no pudieron escapar debido a las restricciones de Covid, aunque las autoridades lo pusieron en duda.
La vigilia se convirtió en una protesta pacífica, con personas sosteniendo papeles en blanco que se convirtieron en un símbolo de su frustración.
“El ambiente ha sido tan opresivo durante tanto tiempo. No pensaron que estaban participando en un movimiento cuando fueron a la manifestación. Pensaron que era solo una forma de desahogar sus emociones”, dijo otro amigo.
“No chocaron con la policía ni expresaron opiniones radicales. Así que no pensaron que fuera serio”.
Tan es así, que sus amigos dicen que hicieron poco para proteger sus identidades, dada la rapidez con que se sabe que China silencia las protestas.
No está claro qué llevó a la policía a este grupo particular de amigos, pero, según los informes, rastrearon a los manifestantes usando cámaras de vigilancia y software de reconocimiento facial, y registraron los teléfonos de los arrestados.
Uno de los detenidos creó un grupo de Telegram que se expandió de unos cuantos miembros a más de 60. Y muchos de ellos usaban números de teléfono registrados con sus nombres reales. Dos días después, algunos de ellos fueron interrogados por la policía.
“Estábamos hablando por teléfono cuando se la estaban llevando”, dijo el novio de una detenida. “Me dijo que se habían llevado a algunos de sus amigos y que habían perdido el contacto. Estaba tratando de borrar cosas de su teléfono móvil. Se la llevaron antes de que terminara de borrar cosas”.
Los arrestos parecieron acelerarse durante diciembre y enero a medida que, uno por uno, iban siendo detenidos más miembros del grupo de amigos, según dicen los activistas.
Cao Zhixin, anticipándose a su arresto, envió a sus amigos un video de ella hablando a la cámara. Venía con las instrucciones para publicarlo en línea en caso de su desaparición.
“Lo que hicimos fue expresar nuestros sentimientos de una manera razonable”, dijo Cao en el clip, que ahora se ha vuelto viral. “No queremos desaparecer… si asistir a un evento de duelo es un delito, ¿cuánto espacio queda para compartir nuestros sentimientos?”.
Varios grupos de derechos humanos e instituciones educativas ahora están pidiendo su liberación en una señal de creciente preocupación internacional. La universidad británica Goldsmiths confirmó a la BBC que Li Siqi era una ex alumna y dijo que estaban “profundamente preocupados” por su bienestar.
“Condenamos en los términos más enérgicos la supresión de la libertad de expresión e instamos a las autoridades chinas a liberar de inmediato a todos los detenidos en relación con la vigilia”, dijo una portavoz de Goldsmiths.
Agregó que el director de la universidad había escrito al embajador chino en el Reino Unido, Zheng Zeguang. La embajada china aún no ha respondido a las consultas de la BBC.
La Universidad de Chicago y la Universidad de Nueva Gales del Sur (UNSW) también confirmaron que dentro de los arrestados, había ex alumnos suyos. Una declaración de UNSW a la BBC pidió que el asunto se resuelva con “el debido respeto por los principios legales y por los derechos humanos universales”.
Reporteros sin Fronteras señaló que cuatro de los detenidos, incluyendo a Li Siqi, eran periodistas, y calificó sus arrestos como “un mensaje escalofriante más para quienes creen que la información fáctica debe informarse incluso cuando contradice la narrativa oficial”.
Human Rights Watch dijo que el incidente mostraba que “los jóvenes en China están pagando un alto precio por atreverse a hablar en favor de la libertad y los derechos humanos”, y agregó que las autoridades chinas han amenazado a los abogados y amigos que han tratado de apoyar a los detenidos.
Los observadores creen que las autoridades quieren enviar una señal con los arrestos, o lo que el activista de derechos humanos Teng Biao llama “matar al pollo para asustar a los monos”.
“Quieren atrapar a quienes creen que son los líderes y organizadores, y aquellos que desempeñen un papel de liderazgo serán severamente castigados”, dijo, y agregó que el instinto de las autoridades chinas será averiguar si las “fuerzas hostiles occidentales” estaban detrás de las protestas.
El hecho de que un número significativo de los detenidos sean mujeres y, según los informes, hayan sido interrogadas sobre su apoyo a causas feministas, también subraya la desconfianza de los funcionarios en el movimiento por los derechos de las mujeres.
En los últimos años, China se ha visto afectada por varios casos de alto perfil que involucran a mujeres víctimas de violencia y agresión sexual. Estos han provocado críticas inusualmente duras a las autoridades y han generado apoyo a los derechos de las mujeres.
Pero a medida que el movimiento ha venido creciendo, la respuesta del gobierno se ha endurecido.
En 2015, tomó medidas contundentes contra un grupo de mujeres conocidas como las Cinco Feministas y, desde entonces, las activistas dicen que han sido cada vez más censuradas y atacadas en línea. Un brazo del Partido Comunista Chino condenó recientemente el “feminismo extremo” como un “tumor maligno”.
“Mantener la 'armonía social' siempre ha sido la principal prioridad del gobierno, y los movimientos feministas siempre se han considerado una amenaza para la estabilidad de todo el sistema político”, dijo Altman Peng, profesor asistente de la Universidad de Warwick que estudia las relaciones de poder entre géneros en el gigante asiático.
No está claro qué les espera a los manifestantes.
Los que están en libertad bajo fianza aún pueden ser acusados. Los que permanezcan bajo custodia podrían permanecer detenidos durante varias semanas mientras los fiscales deciden si acusarlos, pero eso podría tomar meses, si no años, en casos políticos, según Teng.
Hasta ahora, sus familias han permanecido en silencio y algunos han cortado el contacto con los amigos de los detenidos. La BBC se enteró de que una de las familias había despidió a uno de los abogados que habían contratado para pelear el caso de su hija, aunque no está claro por qué.
Es probable que las familias de los detenidos permanezcan en silencio dada la inmensa presión a la que están sometidos, dice el veterano activista de derechos Yang Zhanqing.
“La policía tiene un enfoque de castigo y recompensa. Las autoridades les decían a las familias que los arrestados serían liberados antes de tiempo si guardaban silencio. Si no cumplían, perderían sus trabajos y su pensión”.
Pero el aumento del escrutinio internacional de las detenciones también puede ayudar a los detenidos. En estos casos políticamente delicados, los detenidos pueden ser liberados antes de tiempo o recibir un mejor trato en la cárcel debido a la presión externa, dice Yang.
Mientras tanto, los amigos de los detenidos, ansiosos y preocupados por su propia seguridad personal, continúan al tanto de la situación y comparten información entre ellos.
Muchos viven en el extranjero y no asistieron a las protestas de noviembre, pero temen que puedan ser atacados de todos modos debido a su asociación con los detenidos y sus intentos de crear conciencia internacional sobre la difícil situación de sus amigos.
Recientemente, circularon un mensaje de uno de los detenidos, transmitido desde la prisión. Trataba de tranquilizar a sus amigos, dejando en claro que los detenidos estaban manteniendo el ánimo.
“[Nuestros interrogadores] siguen haciéndonos sentir que estamos rodeados de amigos que son traidores o que nos han traicionado”, dijo. “Pero sigo creyendo que estamos juntos”.
Se han ocultado algunos nombres para proteger la identidad de quienes temen represalias de los funcionarios.
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