Llevar la máscara no garantiza al usuario que vaya a escapar al virus, señala Mitsuo Kaku, especialista en enfermedades contagiosas de la universidad de Tohoku (noreste de Japón). “Dicho esto, llevarla y lavarse las manos reduce la propagación de microorganismos”, concede.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
El director del Centro japonés de control y prevención de enfermedades, Norio Ohmagari, subraya que las máscaras “solo deberían utilizarse una vez”. “La gente no sabe utilizarlas correctamente”, lamenta.
Por su parte, la agencia federal estadounidense para el control y la prevención de enfermedades explica que las máscaras sólo impiden llegar a los pulmones a las grandes partículas, pero no las pequeñas.
En Japón, llevar este accesorio se ha convertido en un signo de buena educación. Según un estudio de la empresa farmacéutica Kobayashi, más del 70% de los japoneses cree que llevar una máscara higiénica cuando se está resfriado es simplemente una cuestión de buenos modales.
Pero en otros casos, se ha convertido en un accesorio más en el vestuario. Generalmente blancas, las máscaras han pasado a estar disponibles en toda la gama de colores para ir a juego con el atuendo del usuario. Un concurso de máscaras lanzado en 2013 confirmó que, de una necesidad médica, ha pasado a ser una verdadera tendencia, comparable a la moda de las gafas sin cristales correctores.
Fuente: AFP