Uno de los hombres más jóvenes en subir a la cima del Everest fue el británico Michael Matthews, quien acababa de cumplir 23 años. Sin embargo, nunca logró bajar.
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Mathews era un hombre atractivo y simpático, hijo de un millonario. A su corta edad, ya era un comerciante reconocido en Londres. Pero su sueño siempre había sido subir algún día la cima más grande del mundo: el Everest.
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El Everest, su gran desafío
El 13 de mayo de 1999, Michael Matthews se encontraba al lado de su guía de montaña, Mike Smith. Los dos hombres llegaron a la cima pero, tres horas después, el joven desapareció mientras luchaba contra los vendavales y la nieve.
Matthews se convirtió en la persona 162 en morir en esa montaña. El grupo de la expedición descendió de la cumbre por un sector al que llaman la Zona de la muerte, la cual está por encima de los 8000 metros sobre el nivel del mar. Esta decisión generó una larga y amarga disputa entre la familia de Matthews, los guías del viaje y la compañía que organizó la expedición a la montaña.
La familia del joven tomó acciones legales contra ellos ya que aseguraba que los guías habían defraudado a su hijo. Sin embargo, la compañía alegó que el joven sabía los peligros inherentes que hay al escalar la montaña.
De esta historia se realizó un documental que describe las acusaciones de la familia. Como era de esperar, los guías temieron que esto pudiera dar otra versión de lo que sucedió. “Nuestro hijo murió, hemos investigado las razones por las que ocurrió, como lo harían la mayoría de las familias amorosas, y creemos que esta es una historia impactante de engaño, deserción y encubrimiento”, comentó David Matthews, el padre del joven, según el medio The Guardian.
Los familiares del joven culpan a tres guías: Nick Kekus, Martin Doyle y Mike Smith. Además, tomaron acciones legales contra John Tinker, excodirector de OTT Expeditions, la empresa encargada de la expedición.
“Rechazamos el alegato de que la expedición estaba mal organizada. Escalar el Everest es extremadamente peligroso y se lo dejamos perfectamente claro a la familia Matthews antes de que Michael se uniera a la expedición. Defenderemos enérgicamente cualquier acción que se presente contra nosotros”, afirmó Tinker, según el medio mencionado.
Comienzo de la tragedia
Todo comenzó cuando Michael Matthews vio un artículo de escalar el Everest en una revista que había traído su compañero de trabajo Jaime Everett. Michael ya había escalado un poco antes y había pasado un año sabático en África, por lo que este reto lo tentó. Su padre se encargó de que él fuera con la mejor compañía, que era OTT Expeditions, quienes habían llevado con éxito a la cima a 29 personas sin tener ningún accidente. Por su lugar en el viaje, Matthews pagó 40 mil dólares.
Irregularidades en la empresa
Dos meses después de la muerte del joven, David recibió una llamada de una persona que había estado en la expedición con él. Le comentó que los equipos de oxígeno no estaban a la altura de los estándares prometidos por la empresa. A esto se le sumaron las declaraciones de dos canadienses que alegaban lo mismo. También afirmaron que uno de los guías, Kekus, había intentado golpear al joven con un tanque de oxigeno.
Sin embargo, esto no fue confirmado y por ahora son especulaciones. Otra de las versiones es que Mike Smith abandonó a su cliente mientras luchaba con una tormenta en el último obstáculo antes de la cumbre. Esta versión tampoco fue comprobada.
Con respecto a los tanques de oxígeno, la empresa alegó que solo una persona se había quejado de ellos mientras subían. Además, aseguraba que sus equipos siempre están probados y testeados, ya que saben que ponen en riesgo la vida de las personas si no lo hacen. Días después, un escalador llegó a la cumbre e informó haber visto un piolet -un bastón de alpinista- a cierta distancia de la ruta correcta. Otros guías creen que Matthews se desorientó por el agotamiento y atravesó una cornisa o que el viento se lo llevó cuesta abajo.
El documental
Sus dos hermanos, James y Spencer, decidieron hacer un documental que ayude a recaudar dinero para la Fundación Michael Matthews, que apoya a proyectos educativos en África y Asia. Además, tienen como objetivo ayudar a los habitantes más pobres del mundo construyendo una infraestructura escolar vital. También esperan que este proyecto cinematográfico pueda traer algo de paz para su familia tras la pérdida de su hermano.
“Es un proyecto enormemente emocional y será un viaje muy perturbador por muchas razones. Aun así Spencer es un gran apasionado por embarcarse en él, si puede hacer que funcione”, afirmó James, según The Sun. Además, una fuente comentó al mismo medio que la plataforma de Disney+ tiene interés en el documental.
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