Los generales ordenaron este jueves el bloqueo del acceso a Facebook, un instrumento esencial de comunicación en Myanmar, tres días después de un golpe de Estado que derrocó al gobierno civil de Aung San Suu Kyi, mientras siguen los llamamientos a resistir.
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El ejército puso fin a la frágil transición democrática del país el lunes, imponiendo el estado de emergencia por un año y deteniendo a Aung San Suu Kyi y a otros dirigentes de su partido, la Liga Nacional para la Democracia (LND).
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La líder de 75 años, que se cree que se encuentra bajo arresto domiciliario en la capital, Naipyidó, según su movimiento, ha sido acusada de haber violado una norma comercial.
Este jueves, cientos de partidarios del ejército se reunieron en la capital. “No queremos más traidores nacionales vendidos a países extranjeros” y “Tatmadaw [las fuerzas armadas] ama a la gente”, podía leerse en las pancartas.
No lejos de allí, 70 diputados de la LND firmaron un “compromiso para servir al pueblo” y organizaron una sesión parlamentaria simbólica para denunciar la toma de control del parlamento.
En las calles se multiplican las señales de resistencia contra el golpe de Estado, condenado por la ONU y muchos gobiernos occidentales.
En Mandalay (centro), tuvo lugar una pequeña manifestación con pancartas que decían “¡Protesta del pueblo contra el golpe de Estado militar!”. Cuatro personas fueron detenidas, según medios locales. La AFP no pudo confirmar esa información ante la autoridades.
El miedo a las represalias persiste en este país que ha vivido bajo la dictadura militar durante casi 50 años desde su independencia en 1948.
El miércoles por la noche, en el barrio comercial de Rangún, la capital económica, los habitantes hicieron sonar las bocinas y armaron un estruendo golpeando cacerolas por segunda noche consecutiva. Algunos coreaban: “¡Viva Madre Suu!” (Aung San Suu Kyi).
Los abogados protestaron con lazos rojos con los colores de la LND y hacían el saludo con tres dedos, un gesto de resistencia adoptado por activistas prodemocracia en Hong Kong o Tailandia.
Los profesionales sanitarios también se sumaron a la protesta. Decenas de establecimientos en el país se negaron a trabajar “bajo una autoridad militar ilegítima”.
En Facebook, una red social muy popular en el país, se crearon grupos que piden “desobediencia civil”.
La compañía estadounidense informó el jueves que algunos de sus servicios estaban “perturbados” y exhortó a las autoridades a “restablecer la conexión”, declaró a la AFP una portavoz de la plataforma.
La compañía noruega Telnor, uno de los principales proveedores de telecomunicaciones del país, confirmó que las autoridades dieron orden de “bloquear temporalmente” Facebook. “No creemos que esta medida (...) sea conforme al derecho internacional”, añadió.
Las autoridades militares ya habían emitido una advertencia a la población para que no dijera ni publicara nada que pudiera “fomentar disturbios o una situación inestable”.
Negociaciones en la ONU
El secretario general de la ONU, António Guterres, dijo que haría cuanto pudiese para que la comunidad internacional “ejerza suficiente presión” sobre Myanmar para garantizar un “fracaso” del golpe de Estado.
En una entrevista con el diario The Washington Post, consideró “absolutamente inaceptable cambiar los resultados de los comicios y la voluntad del pueblo”. Guterres lamentó igualmente que el Consejo de Seguridad no consiguiera acordar el martes una resolución sobre Myanmar.
Para ser adoptada necesita también el apoyo de China, que tiene derecho de veto en esta instancia de Naciones Unidos.
Pero Pekín sigue siendo el principal respaldo de Myanmar en la ONU. Durante la crisis de los rohinyás, obstaculizó todas las iniciativas al considerar ese conflicto un asunto interno birmano.
De su lado, Estados Unidos y la Unión Europea (UE) planean nuevas sanciones contra el país. El Reino Unido condenó este jueves “la detención y la inculpación” de Aung San Suu Kyi.
Ambición personal
El jefe del ejército birmano, Min Aung Hlaing, que ahora concentra la mayor parte del poder, justificó el golpe de Estado alegando que hubo fraudes masivos durante las elecciones legislativas de noviembre.
Los comicios, en los que se impuso por una aplastante mayoría la LND, transcurrieron sin problemas, según observadores internacionales.
En realidad, los generales temían que, a pesar de que la Constitución les es muy favorable, su influencia quedara mermada tras la victoria de Aung San Suu Kyi, afirman los analistas.
Min Aung Hlaing, un paria a nivel internacional desde la crisis de los rohinyás, también derrocó a la dirigente por ambición política personal, añaden.
Los militares acusan a la Premio Nobel de la Paz de 1991 de violar una ley birmana de importación y exportación, informó la LND, después que las autoridades encontraran walkie-talkies no registrados en su casa.
Y al expresidente Win Myint lo acusan de haber violado la ley de gestión de catástrofes del país por incumplir las medidas contra el coronavirus.
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