Río de Janeiro. La marea negra que ya ha afectado a más de 2.000 kilómetros de costa brasileña desde finales de agosto ha llegado al estado de Río de Janeiro, aunque en pequeñas cantidades y lejos de las playas más famosas, pero el presidente Jair Bolsonaro teme que aún falta lo peor.
Según la Marina brasileña, unos 300 gramos de petróleo fueron encontrados en la playa de Grussai, en Sao Joao da Barra, 300 kilómetros al norte de la turística ciudad de Río de Janeiro.
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“Las muestras analizadas son compatibles con el petróleo encontrado en la costa noreste”, dijo el cuerpo en un comunicado.
Una foto que ilustra el texto muestra pequeñas bolitas negras de menos de un centímetro sobre la palma de un miembro de la Marina cubierta con un guante de plástico.
Este sábado, el presidente de Brasil, Jair Bolsonaro, dijo: “Todavía no sabemos cuánto petróleo queda en el mar”.
“En el peor de los casos, si un petrolero ha arrojado toda su carga al mar, menos del 10% ha llegado a nuestras costas, por eso nos estamos preparando para lo peor”, agregó, al margen de una ceremonia militar en Río.
El misterioso derrame de petróleo comenzó a contaminar la costa de la región noreste a fines de agosto, cuando se detectaron los primeros restos en el estado de Paraiba.
La mancha negra se extendió y llegó a principios de noviembre al estado de Espíritu Santo (sureste), al norte de Río de Janeiro.
La agencia ambiental pública Ibama ha identificado más de 700 localidades cuyas costas han sido manchadas con petróleo. El derrame afecta a más del 70% de las ciudades costeras del noreste, una región pobre cuya economía es altamente dependiente del turismo.
- Manglares en peligro -
Según la Marina, se recolectaron más de 4.500 toneladas de residuos de petróleo y se movilizaron más de 5.000 soldados para las operaciones de limpieza.
Los fragmentos de petróleo encontrados en el estado de Río aún están lejos de lugares emblemáticos de la costa brasileña como la playa de Copacabana (más de 300 km) o el balneario de Buzios (220 km). Pero las áreas afectadas han ido en aumento constante en los últimos meses.
Más allá de las playas, los especialistas están preocupados por la contaminación de los arrecifes de coral y los manglares, que pueden sufrir un daño mayor.
El gobierno de Bolsonaro ha sido criticado por su política ambiental, ante la multiplicación de incendios forestales y la deforestación en la Amazonía. Varias ONG han denunciado la lenta reacción de las autoridades tras el derrame de petróleo.
Las causas de este desastre ambiental aún no se han establecido y su destino sigue siendo desconocido, a pesar de que el análisis de las muestras confirmó que el petróleo era de origen venezolano.
Las autoridades anunciaron a principios de noviembre que había sospechas sobre un carguero griego llamado Bouboulina, pero la compañía lo negó.
El jueves, investigadores de la Universidad de Alagoas (noreste) presentaron durante una audiencia en la Cámara de Diputados un informe que atribuyó la responsabilidad a Bouboulina y levantó sospechas sobre otros barcos, una versión que por el momento no ha sido confirmada por las autoridades.
Fuente: AFP