Después de un año del restablecimiento de las relaciones entre Cuba y Estados Unidos, el presidente norteamericano, Barack Obama, defiende como siguiente paso el levantamiento del embargo económico y comercial contra la isla por considerar la sanción como una “política fracasada”.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
“El cambio no ocurre de la noche a la mañana y la normalización será un proceso a largo plazo, pero los últimos 12 meses son un recordatorio del progreso que podemos efectuar cuando marcamos el rumbo hacia un futuro mejor”, aseguró Obama recientemente en un mensaje al Congreso. Pero ¿será el 2016 el año del fin del embargo a Cuba?
En medio de un clima de Guerra Fría, el embargo fue impuesto en 1962 por el entonces presidente estadounidense, John F. Kennedy, para forzar el derrocamiento del Gobierno de Fidel Castro que había nacionalizado empresas norteamericanas y establecido el intercambio comercial con la Unión Soviética.
La respuesta de Estados Unidos a las primeras medidas socialistas fue la ruptura de relaciones diplomáticas con el Gobierno cubano y el embargo comercial completo, que incluso restringió el turismo de los estadounidenses a Cuba.
Según un informe elaborado por la diplomacia cubana y presentado en Naciones Unidas, el embargo ha supuesto para la isla una pérdida de 833.755 millones de dólares desde su implementación.
En varias ocasiones, Obama ha recordado que el acercamiento que impulsa tiene como principal objetivo colocar los intereses de los pueblos “por delante de las actitudes obsoletas del pasado”. Durante décadas, las sanciones no han servido para la salida del poder de los hermanos Castro.
Desde 1996, el embargo quedó codificado como ley mediante la legislación Helms-Burton, por tanto el Capitolio es el único que puede levantarlo por completo. El gran problema de Obama es que en el Congreso hay un grupo de legisladores cubanoamericanos que son fuertes defensores de su permanencia.
Por ejemplo, el senador Demócrata de Nueva York, Robert Menéndez y el Republicano por Florida, Marco Rubio, son exponentes de los sectores contrarios al diálogo con La Habana y rechazan su eliminación. Ambos son de ascendencia cubana y mantienen fuertes influencias en el Comité de Relaciones Exteriores, que tiene un papel fundamental en este tipo de decisiones.
La mayoría republicana en el Congreso hace poco probable que se avance hacia la eliminación total del embargo, pero el Ministerio de Relaciones Exteriores cubano asegura que el presidente estadounidense puede tomar medidas para reducir los efectos del embargo como permitir el uso del dólar en las transacciones internacionales de Cuba.
Tras el histórico anuncio del 17 de diciembre del 2014, Obama amplió las categorías de viajeros estadounidenses autorizados a visitar la isla y recientemente permitió que las empresas norteamericanas puedan abrir oficinas en la isla. El canciller cubano, Bruno Rodríguez, dio la bienvenida a esas iniciativas pero las consideró insuficientes.
“Hasta ahora las medidas tienen un alcance y profundidad limitado, además no tocan ningún hecho significativo”, señaló Rodríguez el pasado septiembre en las Naciones Unidas y aseguró que “no habrá normalización sin cambios sustanciales en la aplicación del bloqueo”.
La postura de Obama de poner fin al embargo cuenta con más voces de apoyo. La ex secretaria de Estado norteamericana y precandidata demócrata a la presidencia, Hillary Clinton, afirmó en su biografía “Hard Choices” que las sanciones a la isla no responden a los actuales intereses norteamericanos y no han conseguido cambios en Cuba.
La Cámara de Comercio de Estados Unidos realizó una visita en mayo en un viaje exploratorio sobre posibles vínculos comerciales que podrían crearse si se pone fin al embargo.
Con objetivos económicos también visitaron la isla la secretaria de Comercio, Penny Pritzker y el de Agricultura, Thomas Vilsack. El año pasado Cuba compró alimentos a Estados Unidos por valor de 400 millones de dólares.
Por su parte, James Williams, presidente de la organización “Engage Cuba”, es optimista y vaticina que en el 2016 desaparecerá el embargo contra Cuba.
“Engage Cuba” es la organización más grande en Estados Unidos que encabeza el levantamiento del embargo y está formada tanto por instituciones privadas como por organizaciones sin ánimo de lucro.
“El asunto del bloqueo contra Cuba es cómo lograr que el tema sea un asunto real para las personas en Estados Unidos”, afirmó Williams en el programa de la televisión cubana “Mesa Redonda” del pasado noviembre.
Obama cierra el 2015 manteniendo la posición de su discurso del Estado de la Unión. “Cuando uno hace algo que no funciona durante cincuenta años, es hora de probar algo nuevo”, afirmó el mandatario en su mensaje al Congreso.
Mientras, los cubanos se preguntan si será el 2016 el año del fin del embargo a Cuba.
Fuente: DPA