Tegucigalpa. Un joven de Honduras que fue deportado la semana pasada desde Estados Unidos tras formar parte de una enorme caravana de migrantes que buscaba llegar a territorio estadounidense, murió baleado en la capital de su país.
Nelson Espinal, de 28 años, fue muerto a disparos el martes por la noche -según familiares- a unas pocas cuadras de su casa ubicada en una colonia pobre de Tegucigalpa dominada por la Mara Barrio 18, una de las pandillas más peligrosas del país, y rival de la Mara Salvatrucha.
A pesar de la deportación, el joven que trabajaba como albañil, constructor y pintor de casas quería volver nuevamente a Estados Unidos y planeaba iniciar otra travesía a través de México el 10 de enero, dijo a Reuters su hermana Patricia Espinal.
El joven estaba siendo velado en la humilde vivienda de su madre en un ataúd donado por el Gobierno y rodeado por varias mujeres vestidas de negro, sentadas en sillas plásticas.
“Yo me tengo que ir, si me quedo aquí me van a matar”, expresó el joven según relató su hermana, mientras que la madre, Sara Matamoros, pedía llorando justicia para su hijo.
“El salió anoche (martes) de la casa a comprar un hule para el cabello en la pulpería y ahí varios hombres le dispararon y huyeron, no sabemos quienes son”, dijo Espinal quien agregó que a su hermano recibió 15 disparos.
En tanto, autoridades de México investigan el asesinato de dos adolescentes hondureños que eran miembros de la caravana de migrantes que ingresó hace unas semanas al país rumbo a Estados Unidos, dijeron funcionarios.
Los dos jóvenes tenían 16 y 17 años. Uno fue estrangulado y el otro apuñalado el fin de semana en la fronteriza ciudad de Tijuana, dijeron autoridades. Otro joven hondureño que los acompañaba y que resultó herido está bajo protección.
El presidente Andrés Manuel López Obrador dijo el miércoles que su Gobierno buscará un trato justo para los migrantes. “Tenemos que mantener una política migratoria apegada a la defensa y protección de los derechos humanos”, dijo en su rueda de prensa diaria enfatizando el derecho a solicitar asilo.
El embajador de Honduras en México, Alden Rivera, dijo más temprano que los dos migrantes muertos viajaban solos y que salieron de la violenta ciudad de San Pedro Sula el 13 de octubre. No se pudo determinar de inmediato si las víctimas planeaban solicitar asilo.
Más de 2,000 migrantes principalmente hondureños que integran la caravana permanecen en un refugio en Tijuana, dijo López Obrador.
El presidente de Estados Unidos, Donald Trump, ha insistido en que no se les permitirá ingresar a su territorio, pero algunos solicitantes de asilo ya cruzaron la frontera.
Los asesinatos probablemente alimentarán las críticas a una propuesta que México y Estados Unidos discutieron este año para que los migrantes centroamericanos esperen en territorio mexicano mientras se procesan sus solicitudes de asilo.
La propuesta probablemente enfrentaría desafíos legales en Estados Unidos. Funcionarios mexicanos no han confirmado si el plan está actualmente en discusión.
Fuente: Reuters