Los babalawos, sacerdotes de la Santería cubana, rogarán este año a la deidad Eleguá, dueña de los caminos y el destino, que siga abriendo las vías para Cuba, como hizo en años anteriores, según afirman.
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“Tenemos que seguir haciendo cosas, tenemos que seguir rogándole a las deidades, pedirle y ponerle cosas para que Eleguá haga su trabajo”, dijo este martes el babalawo Lázaro Cuesta.Eleguá aparece como deidad acompañante en 2018, regido por Yemayá, diosa de la fertilidad y las aguas, según “la Letra del Año”, predicción anual que realizan los babalawos cubanos desde fines del siglo XIX.La predicción se realiza a partir del Oráculo de Ifá, un complejo y extenso sistema adivinatorio traído a América por los esclavos yoruba, que consta de 16 signos mayores y 240 combinaciones.Su resultado es seguido con atención por buena parte de la población cubana, adeptos a la Regla de Ocha o Santería, el culto de origen africano más extendido en la isla, junto con la Regla Conga o Palomonte.“La Letra del Año no es política, no es partidista”, asegura Cuesta, y “no le podemos decir a ningún gobierno, no le podemos decir a ningún dirigente de un país que le haga ofrendas a Eleguá para que resuelva los problemas de la sociedad”.El “deshielo” entre Cuba y Estados Unidos, que comenzó a fines de 2014, abrió muchas esperanzas entre los cubanos, que vieron aumentar el turismo y las relaciones de la isla con el resto del mundo, así como una apertura en la política oficial.Pero con la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca se reforzó el embargo sobre la isla y se endureció el lenguaje político, lo que recuerda los años de la Guerra Fría.También se frenaron los cambios internos en la isla, donde prevalece un sentimiento de incertidumbre.-¿Qué trae 2018?-Los babalawos alertaron sobre aumentos de enfermedades neurológicas, digestivas y de transmisión sexual debido a la promiscuidad para 2018.También predicen problemas en el sector agrícola, fundamentalmente en la producción de alimentos “como consecuencia de la poca fertilización de los suelos y la poca convocatoria de recursos humanos a este sector”.Cuba gasta unos 2.000 millones de dólares anuales en la importación de alimentos, alrededor del 80% de lo que consumen los 11,1 millones de habitantes del país y más de 4 millones de turistas.También alertaron sobre movimientos telúricos, catástrofes naturales, e incremento en las violaciones a menores de edad.La isla todavía se recupera del huracán Irma, que en septiembre de 2017 dejó 10 muertos y 13.000 millones de dólares en pérdidas, sobre todo por afectaciones a viviendas, unidades medicas y educacionales y a la agricultura.Los sacerdotes también recomendaron a los padres “mantener control y vigilancia sobre las conductas de sus hijos”, pues según explicó el religioso Víctor Betancourt “hay una nueva generación que ha perdido totalmente las tradiciones de sus padres”.En las últimas décadas, y hasta 2015, los babalawos cubanos emitían dos Letras del Año, debido a diferencias existentes entre ellos.“Hoy, tres años después de habernos reunido por primera vez, aunque todo no funciona y camina como quisiéramos, no se ha detenido”, dijo Cuesta sobre la letra o predicción única emitida a partir de 2016.Esos cambios dentro del ámbito religioso son reflejo de lo que ocurre en la sociedad cubana a partir de las reformas aplicadas por el presidente Raúl Castro desde hace 10 años.“Los cambios siempre tienen enemigos, porque los seres humanos siempre hacemos resistencia a los cambios, para bien o para mal”, sentenció Cuesta.