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Austin. Los abogados de Scott Panetti, un preso que sufre esquizofrenia y que será ejecutado el miércoles, solicitaron hoy al Tribunal Supremo de EE.UU. que reconsidere el caso tras la negativa este lunes de la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas de suspender la inyección legal.
A Panetti, que en 1992 asesinó a sus suegros y secuestró a su esposa y a su hija de 3 años en Fredricksburg (Texas), cada vez le quedan menos recursos para eludir la muerte.
Los siete integrantes de la Junta de Indultos y Libertad Condicional de Texas votaron hoy por unanimidad en contra de conceder una suspensión de 180 días a Panetti y también se opusieron a solicitar al gobernador de Texas, Rick Perry, una permuta de la ejecución por cadena perpetua.
Tras esta decisión, la defensa de Panetti optó por usar dos de sus últimos cartuchos: solicitar a Perry un aplazamiento de 30 días de la ejecución e instar al Tribunal Supremo a suspenderla definitivamente al considerar que las enfermedades mentales que sufre el preso no lo hacen apto para la pena capital.
“A pesar de recomendación corta de miras efectuada hoy por la junta, todavía hay tiempo para que el gobernador Perry emita una suspensión de 30 días con el fin de evaluar la competencia de Panetti para ser ejecutado, que no ha sido evaluada en más de siete años”, dijo Kathryn Kase, abogada del reo.
El tercer recurso es la Corte de Apelaciones del Quinto Circuito de Nueva Orleans, con jurisdicción sobre Texas, a la que han solicitado una suspensión hasta que Panetti sea sometido a un examen.
Si ninguna de estas tres instancias lo impide, Panetti será ejecutado el miércoles a las 18:00 hora local (00:00 del jueves GMT) en la cárcel de Huntsville (Texas).
Durante su juicio, en 1995, Panetti se defendió a sí mismo disfrazado de vaquero y trató de llamar a más de 200 testigos, entre ellos al ex presidente asesinado John F. Kennedy, al papa Juan Pablo II y a Jesucristo.
Además, achacó los crímenes cometidos a su alter ego, “Sarge”.
Desde entonces ha sido hospitalizado por psicosis y delirios en múltiples ocasiones.
Numerosas organizaciones, lideradas por la Asociación Psiquiátrica Estadounidense, así como médicos, religiosos y abogados, han solicitado clemencia para el condenado.
Incluso la ex esposa de Panetti, Sonja Alvarado, hija de las víctimas, dijo en 1999 a través de una declaración jurada que el condenado “padece una enfermedad mental y no debería ser ejecutado”.
Fuente: EFE