Tras su muerte en setiembre pasado, el teniente de la policía de Illinois, en Estados Unidos, Joe Gliniewicz pasó a ser recordado como un héroe. No era para menos: todo indicaba que había muerto en el cumplimiento de su deber, mientras perseguía a tres sospechosos.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
Y las autoridades desplegaron un gran operativo para atrapar a sus asesinos, el que sin embargo tropezó con una verdad inesperada: la muerte de Gliniewicz en realidad había sido “un suicidio cuidadosamente montado”.
Y él un funcionario que había robado dinero de su trabajo durante años. Su caso se hizo noticia esta semana cuando las autoridades hicieron públicos sus hallazgos. Y es ciertamente un caso extremo, pero no único.
Aquí te presentamos algunos de los casos más notorios de personas que simularon ser víctimas de delitos falsos para escapar de sus actos criminales.
- Susan Smith: una madre culpable
El 25 de octubre de 1994, Susan Smith le dijo a la policía de Carolina del Sur que sus dos hijos habían secuestrados por un delincuente que se había llevado sus auto.
Durante los nueve días siguientes, ella hizo conmovedoras apariciones en la televisión nacional pidiendo por el retorno de sus hijos de tres años y nueve meses de edad.
La mujer se sentó con dibujante de la policía para hacer un retrato robot del secuestrador y la imagen fue difundida por los medios de comunicación a lo largo de todo el país.
Pero eventualmente confesó que ella misma había lanzado el auto a un lago, ahogando a sus dos hijos, a los que había dejado encerrados.
El caso generó indignación pública y, aunque los fiscales pidieron para ella la pena de muerte, Smith fue sentenciada a cadena perpetua.
Posteriormente, en 1995, el poeta Cornelius Eady escribió parte de su libro “Imaginaciones brutales” desde el punto de vista del secuestrador ficticio.
- David Houser: una bala nunca explicada
El sargento de policía David Houser entregó un reporte a las autoridades de Arkansas en el que afirmaba que había sido herido de bala en una parada de tráfico en octubre.
Le dijo a los funcionarios que mientras patrullaba había vivido un intercambio de disparos con un sujeto latino que se dio a la fuga.
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David Houser nuca explicó cómo fue herido de bala. (Foto: AP)
“Lo perseguíamos como si fuéramos a atrapar a alguien que acababa de intentar matar un policía”, le dijo el jefe de policía Nathan Cook al canal de televisión KTHV-TV.
Tras la investigación, quedó claro que se trataba de una historia inventada, aunque sigue sin conocerse la razón que llevó a Houser a mentir, ni el origen de la bala.
- Jennifer Wilbanks: una novia arrepentida
Durante los preparativos para su inminente boda con John Mason en el 2005, Jennifer Wilbanks desapareció repentinamente de Duluth, en el estado de Georgia.
Los medios de comunicación se llenaron de especulaciones que insinuaban que Mason había asesinado a su novia y todo el país se sumergió en la búsqueda de Wilbanks.
La mujer, de hecho, había escapado a Albuquerque, Nuevo México, y llamó a Mason diciéndole que había sido secuestrada por un hombre hispano y una mujer blanca, quienes la habrían liberado luego de cuatro días.
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Ni asesinato, ni secuestro: todo indica que Wilbanks simplemente no quería casarse. (Foto: Getty Images)
En su informe dijo que había sido abusada sexualmente y que en la camioneta de sus secuestradores había estado sonando música en español.
A medida que el FBI profundizó en el caso, quedó claro que la historia era falsa y Wilbanks fue obligada a pagar al departamento de policía por los costos que acarreó su búsqueda.
- Brittany Norwood: asesinato por unos pantalones
Washington DC fue sacudido por la controversia cuando se descubrió que un violento ataque contra dos mujeres en una tienda de yoga era un montaje.
Brittany Norwood había sido encontrada herida y atada en una tienda de Bethesda, Lululemon Athletica, en marzo del 2011 junto a su colega Jayne Murray.
Muttay había sido brutalmente golpeada, estrangulada y apuñalada hasta la muerte.
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Una tienda de Lulemon Athletica fue el escenario del crimen. (Foto: Getty Images)
Norwood dijo que el local había sido asaltado por un par de hombres enmascarados y que ella había sido violada. Informes posteriores mostraron que ella había inventado toda la historia.
En realidad, Norwood había matado a su compañera después de haber sido descubierta intentando robar un par de pantalones de yoga.
- Charles Stuart: el esposo que no quiso ser padre
La esposa embarazada de Charles Stuart fue encontrada muerta de un disparo en Boston en 1989.
El hombre le dijo a la policía que cuando regresaban de una clase de educación prenatal, cuando se perdieron y terminaron en una zona peligrosa de la ciudad.
Aseguró que mientras buscaban cómo salir de allí, un atracador negro le disparó a ella y lo hirió a él.
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Un hombre inocente fue a la cárcel por la muerte de Carol Stuart. (Foto: AP)
La policía movilizó a decenas de hombres y se realizaron muchas redadas en busca del asesino. William Bennet fue arrestado y encarcelado por la muerte.
Tiempo después se descubrió que el culpable era Stuart, quien se suicidó.
- Bonnie Sweeten: un millón de dólares y boletos para Disney
En mayo del 2009, las autoridades recibieron una llamada alarmante de Bonnie Sweeten en la que decía que ella y su hija de nueve años habían sido secuestradas en un vehículo por dos hombres negros y que ellas estaban encerradas en el maletero del vehículo.
Luego, hubo una segunda llamada a su marido y comenzó una búsqueda que se extendió por todo el país.
De hecho, Sweeten y su hija iban camino al aeropuerto para abordar un avión rumbo a Disney World en Florida.
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Bonnie Sweeten estaba detrás de 2.000 casos de fraude. (Foto: AP)
Ella fue arrestada en el parque de atracciones y se descubrió que había robado un millón de dólares de su jefe, un hombre mayor miembro de su propia familia.
A medida que el engaño se hacía evidente, se descubrió que Sweeten estaba detrás de 2.000 fraudes cometidos en los cinco años anteriores a su arresto.
- Scott Lattin: inculpando a manifestantes
Cuando el camión de Scott Lattin fue hallado destrozado en el 2015, él inmediatamente culpó a los manifestantes que protestaban contra la policía por lo ocurrido.
El camión había sido hallado con un grafiti del movimiento de protesta Black Lives Matter –organizado en el 2015 tras la muerte de varios ciudadanos negros a manos de policías blancos– y con los asientos destrozados.
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Lattin quiso inculpar al miembros del grupo de protesta Black Lives Matter. (Foto: EPA)
Él argumentaba que su propiedad había sido atacada porque él había apoyado públicamente a la policía, mostrando lazos con el mensaje de “las vidas de los policías importan”.
Luego de que en una entrevista en televisión sugiriera inconsistencias en su historia, Lattin reconoció ante la policía que él mismo había dañado su camión para cobrar el dinero del seguro.