César, como se hace llamar el fotógrafo desertor del ejército del presidente sirio Bashar al Asad, se encuentra en Estados Unidos. Este personaje logró escapar con 55.000 fotografías que podrían probar de los crímenes de guerra que ejerce el régimen contra la población.
La guerra civil en este país ha cobrado la vida de 170 mil personas desde el 2011.
“Este archivo fotográfico es la prueba innegable de los tiempos sombríos en Siria. Muchas de las víctimas que aparecen en las imágenes pueden ser reconocidas”, afirmó el embajador Stephen Rapp, del Departamento de Justicia Penal en EE.UU.
(Reuters)
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Rapp agregó que la ubicación de los familiares y las caras de las víctimas contrastadas con documentos como pasaportes ayudarán a establecer las nacionalidades. Menos de 100 de los 6.700 individuos vistos hasta ahora en las fotos han sido identificados formalmente.
César declaró ayer por primera vez frente a las autoridades americanas y relató sobre su trabajo documentado miles de cadáveres en un hospital de Damasco. Especificó que muchos de ellos fueron mutilados al ser torturados. Las imágenes han sido puestas bajo custodia de la Oficina Federal de Investigaciones.
EL PROCESO DE TORTURALas víctimas eran detenidas, torturadas y asesinadas. Posteriormente, se les asignaba un código numérico. Uno de los dígitos correspondía a la rama que se encargaba del servicio de su detención y muerte. Después eran enviados a los hospitales militares donde un doctor se encargaba del papeleo interno, cambiaba el código y dictaminaba la causa de muerte, sea ataque al corazón o problemas respiratorios, luego era entregado a la familia.
(Foto: Difusión Emergency Syria Task Force)
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PERSECUCIÓN POLÍTICACésar comparó lo que vivió con los campos de concentración nazi durante el Holocausto. “Lo que está pasando en Siria es una masacre genocida”, precisó César en su presentación de ayer ante el Comité de Asuntos Exteriores de la Cámara en el Capitolio en Washington.
En tanto, la respuesta de Siria ha sido contundente. Ellos no se responsabilizan por los muertos. El gobierno de Al Asad afirma que las fotos corresponden a civiles y soldados asesinados por los grupos terroristas del país.
DATOLa Corte Internacional de Justicia prohíbe que un Estado enjuicie a otro por crímenes de guerra. No obstante, esto se podría revertir si se identifica que el autor o víctima es ciudadano de uno de los países involucrados.
Según el “The Wall Street Journal”, Washington y sus aliados financian investigaciones sobre posibles crímenes de guerra sirios durante más de dos años. Una tercera nación, que Rapp se negó a identificar, “se ha comprometido a servir de centro de intercambio” para las fotografías de César. El mecanismo de intercambio es para salvaguardar la evidencia y así establecer una clara cadena de custodia, acotó.