Un sargento del Ejército de Estados Unidos fue condenado a cuatro años y tres meses de cárcel por aceptar sobornos de camioneros de Afganistán a los que permitía robar miles de litros de combustible de una base militar, que luego vendían en el mercado negro, informaron hoy fuentes oficiales.Seguir a @Mundo_ECpe !function(d,s,id){var js,fjs=d.getElementsByTagName(s)[0],p=/^http:/.test(d.location)?'http':'https';if(!d.getElementById(id)){js=d.createElement(s);js.id=id;js.src=p+'://platform.twitter.com/widgets.js';fjs.parentNode.insertBefore(js,fjs);}}(document, 'script', 'twitter-wjs');
James Edward Norris, de 41 años y procedente de Fort Irwin, California también tendrá que hacer frente a una multa de 176.100 dólares y devolver dos vehículos y 70.000 dólares que había obtenido de manera ilícita mediante su participación en el fraude, según un comunicado del Departamento de Justicia de EE.UU.
En su declaración de culpabilidad, Norris admitió que conspiró con otros soldados del complejo militar Forward Operating Base (FOB, por sus siglas en inglés) ubicado en la localidad afgana de Gardez, en el este del país, para aceptar los sobornos de aproximadamente 2.000 dólares al día de los conductores afganos.
Con este fraude, Norris consiguió 100.000 dólares, según la nota.
Según el Departamento de Justicia, Norris y sus cómplices lograron llevarse de vuelta el dinero a Estados Unidos, donde el sargento compró en 2008 un Cadillac Escalade con 31.000 dólares y una moto “chopper” por 30.000 dólares.
Otro sargento del ejército estadounidense implicado en la trama de soborno, Seneca Hampton, se declaró culpable el 10 de febrero de 2015, y la sentencia esta programada para el 28 de julio de este mismo año.
Anthony Tran, un exespecialista del Ejército de EE.UU., fue acusado el 10 de marzo de este año de participar en este esquema de fraude y está a la espera de juicio.
Tras los atentados terroristas del 11 de septiembre de 2001, Estados Unidos dio comienzo a su presencia en Afganistán con la denominada “Operación Libertad Duradera”, destinada a destruir las bases de Al Qaeda en Afganistán, así como al régimen talibán de ese país que les daba cobijo.
Catorce años después, en marzo de este año, EE.UU. anunció que ralentizará la retirada de sus tropas de Afganistán y mantendrá a 9.800 militares hasta final de año en lugar de reducir esa cifra a la mitad, como preveía inicialmente, ante la persistencia de la inestabilidad en ese país.
A continuación, Washington pretende reducir esas tropas progresivamente hasta el mínimo necesario para operaciones de seguridad y labores diplomáticas a finales de 2016.
Fuente: EFE