Washington (EFE) Cuarenta y cinco años después de la primera huella humana sobre el polvo blanco de la Luna, la agencia espacial estadounidense NASA aseguró que los primeros humanos que pisarán el suelo rojo de Marte caminan hoy sobre la Tierra.
El 20 de julio de 1969 más de 500 millones de personas en todo el mundo, la mayor audiencia televisiva hasta ese momento, observaron las imágenes en blanco y negro de Neil Armstrong y Edwin Aldrin moviéndose, livianos, en el Mar de Tranquilidad selenita.
“Hoy nos hallamos en un nuevo horizonte, listos para el próximo salto más profundo en el Sistema Solar”, proclamó hoy la NASA en su portal dedicado a la mayor proeza del programa Apollo.
En un momento que encuentra a Estados Unidos confrontado con Rusia en otra puja geopolítica, el país norteamericano recuerda una era en la cual la carrera espacial con la disuelta Unión Soviética generó un esfuerzo tecnológico sin precedentes.
El 25 de mayo de 1961 en un mensaje especial al Congreso sobre necesidades nacionales urgentes, el entonces presidente John F. Kennedy afirmó que Estados Unidos debía ponerse la meta de llevar un hombre a la Luna y traerlo a salvo a la Tierra antes del fin de esa década.
En sólo ocho años se alcanzó una meta que los científicos y soñadores habían explorado durante décadas: la oportunidad de observar la Tierra desde un suelo lejano.
Hoy, la NASA simbolizó el momento actual en su aventura espacial con una composición fotográfica en la cual la marca de una bota de astronauta pisa con el talón la superficie lunar y con la punta el rojizo suelo marciano.
Aunque la aventura espacial de la humanidad se ha expandido, en realidad hoy el esfuerzo de Estados Unidos ha decaído, comparado a las décadas de 1950 y 1960, cuando concentró una enorme infraestructura industrial para llevar astronautas a la Luna.
En aquel entonces las fábricas de EE.UU. producían una flota de enormes cohetes propulsores Saturn, la opinión pública estaba fascinada por la exploración espacial, y existía un consenso político que aprobó por tres décadas la inversión de billones de dólares en el esfuerzo.
En la última década la NASA ha tenido que, prácticamente, mendigar al Congreso los fondos para completar su programa de transbordadores espaciales, que concluyó en 2011, la construcción de la Estación Espacial Internacional y el desarrollo de proyectos para el futuro.
El programa de tres décadas de los transbordadores tuvo un costo de US$209.000 millones, acrecido con la pérdida de dos de las naves y la muerte de catorce astronautas.
Las misiones tripuladas han sido las más conocidas, y espectaculares, pero la NASA tiene un menú más amplio que comprende cápsulas que han llegado a los límites del Sistema Solar, robots que curiosean en Marte, y telescopios que han enriquecido el conocimiento humano con imágenes de la inmensidad del Universo.
En agosto de 2010, el presidente Barack Obama describió su esperanza para la exploración espacial durante un discurso en el Centro Espacial Kennedy, en Florida, en el cual predijo el envío de astronautas a un asteroide para el 2020, y un viaje de ida y vuelta a Marte en los primeros años de la década de 2030.
Las cápsulas no tripuladas enviadas hasta ahora a Marte han requerido entre 150 y 210 días para llegar hasta allá. Pero estos son artefactos mucho más pequeños y livianos que las naves necesarias para albergar astronautas y suministros en un viaje de ida y vuelta.