¿Paladín, aventurero o bandolero? ¿Héroe o villano? ¿Mexicano o chileno?
Esas son las dudas que existen en torno a Joaquín Murrieta (Murieta con una “r” en algunas versiones). Según unas fuentes, fue un buscador de oro latinoamericano en la California de los años 1850, que supuestamente enfrentó tanta discriminación y hostilidad que se convirtió en un vaquero vengador.
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Diferentes reportes lo consideran desde un ladrón de caballos menor hasta el líder de una pandilla asesina. Otros lo tildaban de defensor de los marginados.
La asamblea legislativa de California ordenó su captura por cuatrero y asesino. Según documentos de la época, una cuadrilla le dio muerte en 1853, le cortó la cabeza como prueba de ello y la exhibió por todo el estado en un frasco de alcohol a US$1 la entrada.
La leyenda de Murrieta empezó a crecer poco después, gracias a una novela ficticia de 1854 que lo popularizó y fue traducida a varios idiomas, incluyendo una versión en francés que sirvió de base para una cantata de Pablo Neruda en honor al bandido, a quien le atribuyó nacionalidad chilena.
Ahora, la productora Amazon Prime acaba de estrenar una serie en español, “La cabeza de Joaquín Murrieta”, que aborda la leyenda y añade otros aspectos al mito.
“Es un personaje muy interesante, porque para los mexicanos es un héroe y para los americanos [estadounidenses] es un villano”, dijo a BBC Mundo Diego Ramírez Schremmp, cocreador y productor de la serie.
Toda la vida de Murrieta está envuelta en un velo de ambigüedad, hechos contradictorios y evidencia de origen incierto. Entonces, ¿quién fue?
En realidad es poco lo que se sabe a ciencia cierta de este individuo. La mayoría de las fuentes dicen que nació en alguna localidad del estado de Sonora, tal vez Hermosillo, en el norte de México.
Decidió migrar a California en 1849, tras recibir una carta de su medio hermano que vivía en ese estado y le contó sobre el oro que habían descubierto allí.
Parece haber consenso en que Murrieta obtuvo una concesión para explotar una mina rica en oro, pero se vio enfrentado a la discriminación y la brutalidad con la que los colonos estadounidenses comúnmente trataban a los mexicanos y californios (los originales colonizadores españoles).
A partir de entonces, su trayectoria es oscura. Pudo haberse dedicado al comercio de caballos, o ser un cuatrero ocasional o, inclusive, convertirse en un bandido.
Un artículo en el diario The San Francisco Chronicle, de 2017, cita la confesión de un hombre llamado Teodoro Vásquez, que dijo ser compañero de celda del supuesto cuñado de Murrieta.
Según este, Joaquín Murrieta era el líder de una sanguinaria pandilla compuesta de mexicanos, californios y estadounidenses responsables de una ola indiscriminada de robos y asesinatos por todo el estado.
Sus asaltos incluían decapitaciones de las víctimas y en una ocasión, en el condado de Calaveras, en 1853, masacraron a decenas de personas, muchas de ellas de origen chino.
La indignación pública hizo que las autoridades ofrecieran una recompensa por su captura. Fue sindicado como un miembro de la pandilla los “Cinco Joaquines” y se creó una cuadrilla especial -los California Rangers- para darles cacería.
El estado les pagó US$150 al mes, además de prometerles una recompensa de US$1000 si daban con los forajidos.
El 25 de julio de 1853, la cuadrilla dio con la pandilla en la localidad de Coalinga, en el centro de California. Tras un tiroteo, dieron muerte a tres mexicanos, uno de los cuales aseguraron que era Murrieta y otro su compinche Manuel García, conocido como Jack Tres Dedos.
Como prueba de esto y para reclamar la recompensa, decapitaron a Murrieta y conservaron su cabeza en un frasco de alcohol. Hicieron lo mismo con la mano de García, a la que le faltaban dos dedos.
Aunque algunos diarios cuestionaron la veracidad de los hechos y, años después, la misma hermana de Murrieta puso en duda la autenticidad del horripilante trofeo, la cabeza preservada del supuesto bandido fue exhibida por toda California a US$1 la entrada.
Eso sólo le dio más fuerza al mito de Joaquín Murrieta. Incluso hubo reportes de que había logrado escapar y lo habían visto mucho después ya un hombre anciano.
Un año después de su muerte, el personaje surgió en una novela escrita en 1854 por John Rollin Ridge, un nativo estadounidense conocido por su nombre indígena Yellow Bird (Ave amarilla).
“La vida y aventuras de Joaquín Murieta: el célebre bandido de California”, describe al legendario forajido en términos más románticos.
En la novela, Murrieta es un ciudadano mexicano respetable, admirador del espíritu emprendedor de sus vecinos al norte que viaja a California durante la fiebre de oro.
Sin embargo, allí se enfrenta al racismo de los anglosajones blancos y la injusticia de la leyes estadounidenses contra los migrantes.
Cuenta que le roban un caballo, lo atan y lo azotan, y finalmente violan a su mujer frente a sus propios ojos. La experiencia lo corrompe y lo convierte en un despiadado bandolero.
Es a lo largo de esas líneas que la serie “La cabeza de Joaquín Murrieta” se desarrolla, como explica su cocreador y productor Diego Ramírez Schremmp.
“Vimos que contenía todos los elementos que estábamos buscando para contar una buena historia a nivel de serie”, dice.
Además de tener acción y aventura, con otros personajes femeninos muy interesantes, señala que es “una historia de venganza y de redención”.
El género de biografía ficcional, como se describió entonces la novela de Rollins, fue el aspecto que más atrajo a los productores de la serie, según Ramírez Schremmp. “Al ver que detrás de este personaje había también una mitología, nos pareció muy interesante para nosotros contribuir a la construcción de esa historia y agregarle nuestro lado, que es una ficción”.
Como parte de su investigación, los productores fueron a Sonora, México, a uno de los pueblos donde se dice que nació Murrieta y tuvo un hacienda. Así fueron elaborando la trayectoria de una figura histórica mexicana que se enfrentó a las fuerzas estadounidenses durante la fiebre del oro en California.
En el flamante estado de California, un grupo de inmigrantes, bandidos e indígenas unen fuerzas en un enfrentamiento violento contra las nuevas autoridades, mineros y colonos anglo-sajones rivales.
La serie se debate entre la codicia, la furia y la xenofobia, y toma una clara perspectiva latinoamericana con la creación del mito de Joaquín Murrieta, al que algunas fuentes históricas lo mencionan como el Robin Hood del Oeste.
Este giro romántico es algo que ha acompañado la transformación del personaje de Joaquín Murrieta.
Se supone que de él se desprende la leyenda de El Zorro, un paladín enmascarado que defendía a los campesinos e indígenas que poblaban el entonces Pueblo de Los Ángeles contra las fuerzas malvadas de los gobernantes.
El personaje apareció por primera vez en una novela de literatura barata en 1919. Posteriormente tuvo éxito como serie de televisión de Disney. También fue llevado al cine en diferentes décadas e, incluso, en una de las películas “La máscara del Zorro”, de 1998, se hace una referencia directa a Murrieta.
El Nobel de Literatura Pablo Neruda también estuvo seducido por esta figura y escribió la pieza dramática “Fulgor y muerte de Joaquín Murieta” musicalizada como una cantata, en la que convierte al protagonista en chileno, convencido de que había nacido en Quillota y que su acta de nacimiento se había perdido en el terremoto de Valparaíso.
Desde un punto de vista sociológico y político, Neruda resaltó particularmente la condición del latinoamericano en el Estados Unidos del siglo XIX y su lucha contra las condiciones laborales y la explotación común de la época. El subtítulo de la obra es “Bandido chileno injusticiado en California el 23 de julio de 1853”.
“Ya viene el galgo terrible a matar niños morenos; / ya viene la cabalgata, la jauría se desata/ exterminando chilenos/ y con el rifle en la mano/ disparan al mexicano/ y matan al panameño/ en la mitad de su sueño,/ Ay, qué haremos!”, reza un extracto de la cantata.
Ese entorno histórico es uno de los aspectos en que se concentraron los productores de la nueva serie “La cabeza de Joaquín Murrieta”, si bien no deja de tener muchos elementos de ficción.
“Lo que sí tratamos de hacer de una manera muy fidedigna es retratar el contexto histórico”, afirma Diego Ramírez Schremmp.
Los eventos se desenvuelven a lo largo de la nueva frontera entre México y California, consecuencia de la guerra mexicano-estadounidense que vio al país latinoamericano perder más de la mitad de su territorio.
“Los californios, las personas oriundas de California, de un momento a otro se quedan sin identidad. Dejan de ser mexicanos, pero tampoco son aceptados como americanos”, explica.
La cuestión de identidad es una temática muy importante en la serie, señala el productor, y relevante a la audiencia actual pues está presente de una forma u otra.
“El tema de identidad, de inmigración, de nación, de frontera... si bien están representados en un contexto histórico de hace 150 años, siguen siendo muy relevantes hoy en día”.
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