Ohio. En la madruga del último 4 de agosto Connor Betts abrió fuego en una zona de clubes nocturnos en Dayton, un espeluznante ataque que dejó 9 muertos y sumió en un ambiente de conmoción a esa ciudad del sudoeste de Ohio. Sin embargo, quienes conocieron al asesino afirman que no se sorprendieron de que Betts fuera capaz de perpetrar esa masacre.
Dos exnovias de Betts contaron a medios estadounidenses que el joven de 24 años siempre expresó una fuerte fascinación por asesinatos y masacres. Incluso llegó a aterrorizar a sus compañeros de clase con una lista en la que tenía apuntados los nombres de personas a las que quería matar. También apuntó nombres de chicas a las que quería abusar sexualmente.
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Adelia Johnson, exnovia de Betts dijo al medio NBC que el sujeto llevaba tiempo luchando contra una enfermedad mental. “[El ataque] no tuvo nada que ver con una cuestión de raza, y tampoco de religión. Fue un hombre que sufría y que no recibió la ayuda que necesitaba”, afirmó Johnson.
Adelia Johnson y Connor Betts se conocieron en un colegio comunitario. Según narró la joven, ambos sufrían enfermedades mentales y eso hizo que se sintieran más cercanos. Johnson afirmó que Betts le contó que le habían diagnosticado trastorno bipolar sumado a un posible TOC (Trastorno Obsesivo Compulsivo).
Uno de los episodios más escalofriantes ocurrió en su primera cita. La joven contó que Betts le mostró un espeluznante video de la masacre en la sinagoga de Pittsburgh, en Pensilvania, un suceso en el que murieron 11 personas. Después de mostrarle las imágenes la llevó a un campo de tiro.
Además, Johnson contó que en dos oportunidades Betts colocó una pistola en su boca y estaba listo para disparar.
Ella opinó que el disparo que Betts recibió de los policías el día de la masacre era lo que el quería.
“La gente vive cada día perfectamente bien teniendo una enfermedad mental. Yo incluida. Pero el sacó el palo más corto… no tuvo ningún sistema de ayuda”, sentenció Johnson al NBC.
La relación entre ambos duró pocos meses y terminó en mayo.
- Alucinaciones -Lyndsi Doll, quien fue novia de secundaria del atacante, reveló a “The Washington Post” que Betts tenia miedo de lo que era capaz de hacer, sufría de alucinaciones y escuchaba voces.
“Él me lloraba a veces y me contaba que tenía miedo de sí mismo y temía que fuera a herir a alguien algún día. Ahora resulta inquietante”, contó la joven.
Después de su relación con Betts, Doll llegó a sufrir ataques de ansiedad.
Por otra parte, Jessica Masseth, excompañera de escuela del atacante, afirmó que la masacre se pudo evitar.
“Esto se podría haber prevenido hace 10 p**os años, cuando yo hice aquella llamada, cuando me entrevistó la policía y cuando le conté a la escuela”, escribió en su perfil de Facebook.
Masseth contó que en ese entonces denunció a Betts ante la policía, luego de que escribiera una lista de las chicas de las que quería abusar.
El nombre de Masseths aparecía en la terrorífica lista.
“La escuela nos falló. La policía nos falló. Él habló y escribió sobre violar, decapitar, y simplemente destruir por completo a todos los que aparecían en esa lista, incluyéndome a mí”, afirmó.
“A ninguno de nosotros nos sorprendió lo que ocurrió. Mi madre me llamó para decirme su nombre, y yo le dije, 'Tiene sentido'. Si Bellbrook High School se lo hubiera tomado más seriamente. Si la policía lo hubiera tratado como debería haberlo tratado… Hay niveles de errores que apestan”, agregó.
A pesar de las denuncia de Masseth, el tirador siguió causando temor entre todos los estudiantes de su escuela.
Betts no tenia ningún antecedente criminal por lo que pudo comprar armas y municiones.