Austin. Mark Anthony Conditt, un hombre blanco sindicado como el autor de una serie de atentados con bombas en Austin, Texas, se inmoló el miércoles cuando la policía iba a arrestarlo, poniendo fin a semanas de tensión en este estado del sur de Estados Unidos.
La policía rodeó a Mark Anthony Conditt frente a un hotel en las afueras de Austin, capital de Texas. Los ataques que comenzaron el 2 de marzo en esa ciudad dejaron dos muertos y varios heridos.
El sospechoso detonó un dispositivo en su automóvil y luego murió, dijo el jefe de policía de Austin, Brian Manley, en una conferencia de prensa el miércoles tras el dramático final de la persecución que llevaban adelante cientos de agentes federales y policías locales.
La policía cerró el cerco sobre el sospechoso, supuesto responsable de cinco explosiones, las últimas ocurridas de 24 a 36 horas antes, gracias a grabaciones de video y testimonios, dijo Manley.
La explosión en una tienda de FedEx en San Antonio fue el último capítulo del plan que tenía en su mente Mark Anthony Conditt y fue también la pista definitiva para dar con él.
De acuerdo con Univisión, las autoridades habían dado con Conditt gracias a la tecnología, pero también a las huellas que fue dejando mientras compraba las diferentes partes que necesitaba para la fabricación casera de los paquetes explosivos.
Según CNN, los investigadores descrubrieron que todas las bombas tenían algo en común: estaban construidas con materiales comunes que se utilizan en cualquier hogar. Con esta información, comenzaron a visitar diferentes negocios y a buscar datos para identificarlo.
“Los agentes se desplegaron por toda la ciudad de Austin yendo a grandes tiendas, así como a comercios pequeños, intentado determinar si había compras sospechosas”, dijo Tony Plohetski, un periodista de investigación del Austin American-Statesman, a la cadena CNN. Los oficiales fueron registrando “los recibos y revisando los registros de ventas de esas tiendas”, explicó.
Según Plohetski, esta línea de investigación ofreció una “evidencia fundamental” que finalmente los condujo hasta el sospechoso.
Gracias a esa información, las autoridades pudieron obtener órdenes para entrar en la IP de la computadora de Conditt y observaron unas búsquedas “sospechosas” en Google.
Además, el alcalde de Austin, Steve Adler, confirmó que la policía obtuvo imágenes de vigilancia que mostraban al sospechoso en una tienda de FedEx en Austin.
Luego identificaron su automóvil y lo vieron el miércoles por la noche en un hotel en Round Rock, Texas, a pocos kilómetros al norte de Austin.
Mientras los agentes esperaban que las unidades tácticas llegaran a la escena, el hombre comenzó a alejarse y luego se detuvo al costado de la carretera.Fue entonces cuando los oficiales de SWAT se acercaron al vehículo y el hombre detonó una bomba dentro de su automóvil, dijo el jefe de policía de Austin, Brian Manley.
Según la policía, el joven tenía 24 años, pero medios locales citan registros públicos que dicen que tenía 23. El presidente Donald Trump felicitó a la policía en Twitter: “EL SOSPECHOSO DE LAS BOMBAS EN AUSTIN ESTÁ MUERTO. ¡Gran trabajo por parte de las fuerzas del orden público y todos los concernidos!”Sin embargo, aún se desconoce el motivo de las explosiones. Tampoco se sabe si tenía cómplices o si dejó otras bombas colocadas.“La investigación continúa porque todavía hay preguntas pendientes”, dijo el alcalde de Austin, Steve Adler.Si la gente ve paquetes o bolsas sospechosas, que llame al 911, pidió Fred Milanowski, de la Agencia de Alcohol, Tabaco y Armas de fuego, un organismo federal conocido por sus siglas ATF.
Con información de AFP
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