Estados Unidos sumó un integrante a su ya poderoso arsenal militar con la nueva ojiva nuclear W76-2, un misil de largo alcance y de reducido poder destructivo, pero que tiene un tercio de la potencia de la bomba lanzada sobre Hiroshima.
En un comunicado, el Pentágono informó que la Marina estadounidense desplegó “la ojiva nuclear W16-2 en un misil balístico lanzado desde un submarino”.
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La ojiva W76-2, que tiene una potencia estimada en cinco kilotones, se desplegó a finales del 2019 a bordo del submarino USS Tennessee, que patrulla el Atlántico, afirmaron la semana pasada dos expertos de la Federación de Científicos Estadounidenses (FAS, por sus siglas en inglés).
Su potencia es tres veces inferior a los 15 kilotones de la bomba de Hiroshima, y es muy baja en comparación con las demás armas nucleares embarcadas a bordo de los submarinos similares al USS Tennessee, que alcanzan 455 o 90 kilotones, dijeron las mismas fuentes.
La BBC afirma que la ojiva, que equipará a los misiles intercontinentales Trident de los submarinos atómicos estadounidenses, es una versión modificada y menos potente de la W76-1, que tiene un rendimiento explosivo de “alrededor de 100 kilotones”.
La Administración Nacional de Seguridad Nuclear de EE.UU. (NNSA, por sus siglas en inglés) confirmó que la primera unidad de producción de la W76-2 ya está en marcha en una planta del estado de Texas, aunque no ha divulgado el número total de ojivas que serán desarrolladas.
Según la agencia The Associated Press, la instalación de misiles de largo alcance en submarinos marca un hito en la política de armas nucleares de Estados Unidos y es la novedad más importante en décadas relacionada con el arsenal nuclear. Asimismo, apunta que representa una ruptura con la política del gobierno de Barack Obama, que procuraba reducir la dependencia de las armas nucleares con miras a su eliminación total.
El secretario de Defensa adjunto para Política, John Rood, afirmó que se trata de “un arma estratégica de bajo rendimiento más rápida y con mayor capacidad de supervivencia” que muestra a los potenciales adversarios que “el empleo nuclear limitado no tiene ninguna ventaja porque Estados Unidos puede responder de manera creíble y decisiva a cualquier escenario de amenaza”.
Advertencia a Rusia
La necesidad de crear una ojiva de bajo rendimiento fue planteada por Estados Unidos en el informe de la Revisión de la Situación Nuclear del 2018, en el que se destaca la preocupación del Pentágono de que Moscú considere que las armas nucleares estadounidenses son demasiado grandes para ser utilizadas, por lo que sus armas más pequeñas y tácticas podrían darle a Rusia ventaja en un eventual conflicto.
En la publicación, el Pentágono anunció que iba a modificar unas 50 ojivas nucleares para reducir su potencia y embarcarlas a bordo de submarinos con el fin de reducir la amenaza de Rusia.
“Adversarios potenciales como Rusia creen que el empleo de armas nucleares de baja potencia les dará una ventaja sobre Estados Unidos y sus aliados y socios”, dijo John Rood.
“Defense News” aseguró que el Pentágono cree que Rusia podría usar una arma nuclear más pequeña para disuadir a Estados Unidos de entrar o extender un conflicto, bajo la doctrina de “escalar para desescalar”, ya que podría dudar a la hora de tomar represalias si solo contase con armas estratégicas más grandes.
Según Washington, Moscú está modernizando un arsenal de 2.000 armas nucleares tácticas, lo cual amenaza a los países europeos limítrofes e incumple las obligaciones del tratado de desarme Nuevo START, firmado por Estados Unidos y Rusia en el 2010.
Esas armas nucleares tácticas permitirían a Rusia aventajar a los occidentales en caso de conflicto, ya que Estados Unidos dudaría a la hora de replicar con un arma nuclear de gran potencia, mucho más devastadora.
Rood declaró el lunes a The Associated Press que las ojivas nucleares de baja potencia W76-2 reducen el riesgo de una guerra nuclear.
Asimismo, afirmó que Estados Unidos mantendrá su política de que se usarán armas nucleares solo en “circunstancias extraordinarias” y que la ojiva ayudará a disuadir a Rusia de correr el riesgo de desatar un conflicto nuclear.