Nada hacía presagiar la tormenta política que se abatiría sobre Alemania, el país más estable de la Unión Europea. Como presidenta del partido CDU (Unión Cristiana Demócrata) -que venció en las elecciones del 24 de setiembre- Angela Merkel tenía como misión formar una coalición de gobierno y luego de ello se convertiría en canciller por cuarta vez consecutiva.
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Pero todo se derrumbó el último domingo, cuando Christian Linder, líder del FDP, (Partido Democrático Libre, que obtuvo el 10.7% de votos en las legislativas) decidió abandonar las negociaciones para reclamar, que ante la imposibilidad de formar gabinete, se llame a nuevas elecciones.
Merkel, no da su brazo a torcer, dice que no le teme absolutamente a nada y anuncia que no tiene ningún inconveniente en afrontar nuevos comicios - en los que ella sería candidata- antes que tener que soportar un gobierno inestable.
El casi invisible presidente Frank-Walter Steinmeier, en funciones desde el 22 de marzo último, emergió del mutismo al que lo confina la Constitución de 1949, para contradecir a la canciller y tomar en mano lo que por derecho constitucional le compete: designar él mismo a un nuevo jefe de gobierno. Para ello ha instado a los políticos a dejar de lado sus ambiciones y actuar responsablemente.
“Todos los partidos políticos elegidos al Parlamento tienen la obligación de obrar por el bien común. Espero que estén dispuestos a negociar para permitir la formación de un gobierno en los plazos previsibles”, declaró por televisión.
Cuando habla de bien común no se refiere solo a Alemania, pues las turbulencias políticas de Berlín sacuden intensamente a Bruselas –capital de la UE- que no llega a fortalecerse tras diez años de crisis incesantes: el Brexit, los atentados, la crisis del euro, el separatismo y el peligroso avance del populismo en el Viejo Continente, entre otros.
Alemania, la primera economía y el país más poblado de la UE fue hasta ahora el pivot y punto de estabilidad del club de los 28. ¿Ha llegado el fin de la era Merkel, como anuncian al unísono el partido de extrema derecha - por primera vez en el parlamento- y la izquierda radical heredada del Este? Europa tiene serias razones para temblar.