“Cuando los historiadores se sienten a escribir sobre los intentos de Gran Bretaña de abandonar la Unión Europea, esta semana podría ser vista como el momento en el que el país finalmente comprendió el desorden en el que se encontraba”.
Así comienza The Economist el artículo que publicó el 14 de marzo con un título muy elocuente: “A country in chaos. Oh **UK! What next for Brexit?” (“Un país en caos. Oh **UK! ¿Qué viene en el Brexit?”).
Los asteriscos se refieren a un juego de palabras intraducible, pero basta con decir que tiene una connotación peyorativa para los angloparlantes.
La emblemática revista británica parecía adelantarse así a lo que sucedió una semana después, este miércoles, cuando la primera ministra británica, Theresa May, le pidió a la Unión Europea retrasar la salida de su país del bloque, prevista para el 29 de marzo.
La mirada de la líder está ahora puesta en el 30 de junio.
La Unión Europea advirtió que solo aplazará el Brexit si el Parlamento británico aprueba la próxima semana el acuerdo de salida que May selló con Bruselas.
Pero los legisladores británicos ya han votado en contra del acuerdo de May dos veces y, por ahora, no está nada claro que la primera ministra cuente con los apoyos necesarios en una tercera votación.
Todo esto ha desatado una crisis política en Reino Unido, para muchos, sin precedentes. Y Europa observa. Y las agujas del reloj no dejan de girar.
“Hazmerreír”
Las reacciones en algunos sectores de Reino Unido y Europa han sido duras.
The Economist recordaba que durante la campaña en favor de la salida de la Unión Europea se le dijo a los votantes que el Brexit “sería fácil” porque el país “tenía todas las cartas”.
Pero no fue así.
“Incluso para los estándares caóticos de los tres años que han transcurrido desde el referendo, el país está perdido. May se jactó esta semana de que 'enviaría un mensaje a todo el mundo sobre el tipo de país que Reino Unido será'. No se equivocó: es un hazmerreír”, sentenció la revista.
Este jueves, el diario The Guardian se hace eco de la forma cómo se ha estado percibiendo el Brexit no sólo dentro de sus fronteras sino afuera.
“La reputación de Reino Unido por su diplomacia, pragmatismo y autocontrol se ha esfumado”, indica el diario tras citar a políticos y funcionarios de la Unión Europea.
“Patético”
André Gattolin, vicepresidente del comité de asuntos europeos del senado francés, usó adjetivos contundentes.
“En realidad, es patético y angustiante para alguien como yo que ha amado y admirado Gran Bretaña toda su vida, ver estos debates en Westminster (parlamento británico)”, dijo el funcionario de acuerdo con The Guardian.
“Los parlamentarios están sugiriendo soluciones, posibilidades, que simplemente no existen en el mundo real”.
El proceso del Brexit se siente como “una rara mezcla de 'Anarquía en Reino Unido' y una de esas historias de detectives de Agatha Christie, donde todos los sospechosos están encerrados en un cuarto hablando entre sí, sin ningún interés o comprensión sobre lo que está sucediendo afuera”, añadió.
“Situación trágica y caótica”
Pascal Lamy, exdirector de la Organización Mundial del Comercio, señaló, según The Guardian, que la “humillación de Gran Bretaña en relación a sus negociaciones del Brexit ha sido causada por una incapacidad fundamental para resolver un conflicto entre el deseo de dejar la Unión Europea en el terreno político, pero mantenerse en el económico”.
“El Brexit es como un cubo de Rubik: tienes 23 minutos para terminarlo y estamos en el minuto 22 y los (mismos) colores no se ven y todavía estamos tratando de arreglarlo”.
Lamy explica que “el continente” se siente “totalmente impotente de resolver un problema político doméstico en Reino Unido”.
Una percepción muy similar la expresó el alemán Manfred Weber, líder del conservador Partido Popular Europeo en el parlamento europeo y uno de los favoritos para suceder al presidente de la Comisión Europea, Jean-Claude Juncker.
“Lo que tengo que garantizar es que la situación trágica y caótica en Londres no infecte el proceso de toma de decisiones de Europa”, le dijo al sitio de noticias alemán Deutsche Welle (DW) en un artículo publicado la semana pasada.
“Si la clase política falla totalmente en Gran Bretaña, los europeos no podemos resolver los problemas internos domésticos británicos; esa es la situación”.
“Horror”
Pero la dureza con que se ve el Brexit no se restringe a los sectores políticos y diplomáticos.
Carolyn Fairbairn, directora general de la asociación empresarial más grande de Reino Unido, CBI (Confederación de la Industria Británica), le dijo al diario británico Financial Times que los negocios estaban viendo las luchas internas parlamentarias en relación al Brexit con “un absoluto sentido de horror”.
En un artículo publicado el miércoles, se explica que la CBI le había venido ofreciendo su apoyo al acuerdo que May alcanzó con Bruselas, pero que ha sido rechazado en dos oportunidades por los parlamentarios.
“Claramente nosotros nunca quisimos estar aquí a sólo ocho días del Brexit, pero dado el lugar en el que nos encontramos, se ha convertido en una necesidad absoluta”, indicó.
La empresaria considera que el país no está preparado para abandonar el bloque sin un acuerdo con la Unión Europea, lo que se ha llamado “Brexit duro”.
Las consecuencias serían dolorosas no sólo para comercios pequeños sino también para grandes empresas.
Mientras tanto, es claro que May está tratando de tener el apoyo de los británicos en sus gestiones.
Este miércoles les dijo que entiende que estén hartos de la situación en que se encuentra el proceso y criticó las acciones de los parlamentarios.
“Ya es hora” de que los políticos tomen decisiones sobre los siguientes pasos a seguir, dijo, mientras muchos dedos apuntan hacia ella.