En contra de todos los pronósticos, la extrema derecha no logró tomar el poder legislativo en Francia.
En los últimos días, encuestadoras y expertos apuntaban a un posible triunfo de la coalición de Marine Le Pen en la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias, donde se elige a los 577 miembros de la Asamblea Nacional.
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Sin embargo, esta facción política, llamada Agrupación Nacional (RN, por sus siglas en francés), quedó en tercer lugar en los comicios del domingo, por detrás de la alianza de izquierdas Nuevo Frente Popular y de Juntos, el partido centrista del presidente Emmanuel Macron.
Tras los resultados, los rivales de Le Pen salieron a las calles a celebrar.
En la Plaza de la República, en París, se podían leer carteles que decían cosas como “la extrema derecha no pasará” en medio de miles de personas que saltaban, bailaban y gritaban de emoción.
Para algunos analistas, no obstante, hay que leer los resultados con detenimiento.
Y es que, aunque no consiguieron la mayoría parlamentaria, el partido de Le Pen y sus aliados aumentaron considerablemente su presencia en la Asamblea, pasando de 89 escaños a 143, lo que puede ser señal de algo mucho más profundo.
En BBC Mundo hablamos de todo esto con Jean-Yves Camus, analista y politólogo francés, autor de libros como “Las extremas derechas en Europa”.
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“Con esta elección no se logró frenar del todo a la extrema derecha”, señala.
“Acaban de perder unas elecciones, sí, pero como dijo Marine Le Pen, hay otras en 2027 y todavía pueden intentar alcanzar el poder a través de la presidencia y no a través del Parlamento”, agrega.
¿Cómo describiría lo que pasó en Francia con la segunda vuelta de las elecciones parlamentarias?
En primer lugar, estas elecciones tuvieron la participación más alta desde 1981, lo que creo que es una señal muy positiva para la democracia.
El resultado fue muy sorprendente. Durante la última semana, la mayoría de las encuestas dijeron que la extrema derecha iba a obtener una mayoría relativa. Incluso, hubo algunas que le daban mayoría absoluta.
Y no sólo no lo consiguieron, sino que, en términos de escaños, la izquierda quedó por delante. Y, por otra parte, el partido del presidente Macron obtuvo resultados bastante buenos.
Pero, si bien los rivales de Marine Le Pen parecen aliviados con los resultados, la presencia de la extrema derecha en el parlamento aumentó considerablemente...
Sí. Tenemos que tomar en cuenta que Agrupación Nacional tenía 89 miembros en el parlamento en la última legislatura, y ahora contará con el doble. Por supuesto, no consiguieron la mayoría; sin embargo, hoy son mucho más numerosos que ayer.
Por tanto, con esta elección no se logró frenar del todo a la extrema derecha. Acaban de perder una elección, sí, pero como dijo Marine Le Pen, hay otra elección en 2027 y todavía pueden intentar alcanzar el poder a través de la presidencia y no a través del parlamento.
En 2027, probablemente también haya un voto de rechazo en contra de Le Pen. Pero no lo demos por sentado, porque nos encaminamos hacia un período de inestabilidad institucional. ¿Cómo se formará la coalición? ¿Y cuándo? No lo sabemos.
¿Qué podemos esperar del Nuevo Frente Popular, la coalición que logró la mayor cantidad de asientos en las legislativas?
La gran pregunta es cómo se logra una coalición con tantos actores diferentes que tienen muy poco en común. Lo que realmente me sorprende es que los socialdemócratas hayan aceptado formar alianza con el partido de Jean-Luc Mélenchon.
Y, aunque les funcionó para las elecciones, la agenda política de Mélenchon es muy divisiva, ofensiva y de izquierdas. Cuando se trata de política exterior, es totalmente opuesta a la de Emmanuel Macron, por ejemplo. El partido de Mélenchon es realmente una vergüenza para los socialdemócratas.
En Reino Unido, el Partido Laborista pudo ganar porque Keir Starmer se alejó de las personas más extremistas dentro del partido. Nosotros estamos haciendo lo contrario.
¿Cuánto poder tendrá ahora Mélenchon? ¿Qué tan importante es?
Es importante en términos de escaños. Su partido es importante. Pero su personalidad y la forma en que hace crecer su propio partido es un problema. Es un problema para sus propios seguidores y es un problema para la izquierda.
Él optó por girar el volante hacia la extrema izquierda y diría que la extrema izquierda es repulsiva para la mayoría de los franceses.
Las políticas económicas de Mélenchon no son sensatas. Para aumentar los beneficios sociales es necesario contar con el presupuesto necesario.
Hizo muchas promesas dirigidas al voto de la clase trabajadora y la clase media baja, pero no tiene los medios para cumplirlas.
La forma en que decidió hacer campaña sobre la cuestión de Palestina para las elecciones europeas fue muy divisiva.
Y por otro lado, cuando se trata de la ley y el orden, que hoy es un gran problema, dice: “bueno, no es tan así”.
¿Cómo se explica, entonces, el triunfo de la izquierda? ¿Qué cambió entre la primera y la segunda vuelta electoral?
Mayor participación, especialmente de los jóvenes. También una especie de llamada de atención de todos los segmentos de la sociedad diciendo que no es posible que gane la extrema derecha porque su agenda sobre inmigración e identidad nacional es opuesta a nuestros valores.
También creo que hay muchos ciudadanos que piensan que la extrema derecha no está preparada para llegar al gobierno. Todavía falta gente competente, que realmente puedan llegar a ser ministros, por ejemplo.
La agrupación de Marine Le Pen también tenía algunos candidatos problemáticos...
La prensa francesa descubrió alrededor de 50 casos de candidatos que de una forma u otra eran problemáticos. Que en redes sociales publicaron cosas racistas y así.
En términos de imagen, la extrema derecha fue dañada por aquellos candidatos que parecían al margen del espectro político. ¿Cómo es posible imaginarse a una señora con la gorra nazi sentada en la Asamblea Nacional? Eso sería una vergüenza. Y creo que muchos votantes se dieron cuenta de eso.
Agrupación Nacional ahora atrae a un número de personas con buen currículum, pero todavía está lleno de gente no apta, extremista y sin preparación.
¿Y cuánta importancia le da usted a la creación del llamado “frente republicano” en los resultados electorales?
El frente republicano no es tan fuerte hoy como solía ser en los años 80 y 90, cuando Jean-Marie Le Pen estaba al frente de la extrema derecha en Francia. Pero aun así, funcionó.
Vimos a muchos candidatos retirar su candidatura para detener a Agrupación Nacional y evitar que ganaran. Y vimos a muchos votantes que decían: “Tal vez tengamos motivos para estar enojados, pero eso no es suficiente para llevar al país al caos”.
¿Qué tan posible es que la extrema derecha gane fuerza para las elecciones presidenciales de 2027?
Dependerá de lo que logre implementar el próximo gobierno. A estas alturas no tenemos idea.
Tendremos que ver cómo se comportan los miembros de Agrupación Nacional en el parlamento. ¿Intentarán aprobar leyes o al menos propondrán algunos proyectos? ¿O simplemente rechazarán todo lo que no provenga de su propio partido?
A Marine Le Pen sin duda le irá bien en 2027, pero está por verse si podrá ganar. Quizás la Agrupación Nacional sea un partido que en los próximos años siga siendo una fuerza política muy fuerte sin llegar nunca al poder.
Algunos dicen que la apuesta de Emmanuel Macron resultó. Mientras otros dicen que no. ¿Qué piensa usted?
El presidente Macron puede decir: “Bueno, hice una apuesta. Probablemente perdí porque mi partido no tiene mayoría. Pero si nos fijamos en el número de escaños, no estuvo mal”. Algunos ministros fueron derrotados, pero la verdad es que podría haber sido mucho peor.
No creo que la decisión de llamar a elecciones anticipadas haya sido la mejor. Pero lo que Macron dice es que de todos modos su gobierno habría sido censurado en el otoño boreal, cuando el presupuesto llegue al parlamento.
Entonces probablemente era mejor hacer esta apuesta que enfrentar un voto de censura.
¿En qué posición queda ahora el presidente Emmanuel Macron?
Antes de las elecciones, Macron ya era débil pues no tenía mayoría.
La única diferencia es que ahora Francia está más polarizada y más fragmentada que antes de las elecciones.
Ahora tienes tres corrientes principales: la izquierda, el centro de Macron y la extrema derecha.
Así que tenemos un parlamento y un país muy fragmentado, una sociedad muy polarizada, especialmente en los temas de inmigración e identidad nacional, o de la Unión Europea, Ucrania y Medio Oriente. ¿Cómo se dirige un país así hasta 2027? No lo sé.
Pero una cosa es segura: Macron no dimitirá. Tendrá que encontrar una solución con los socialdemócratas, tal vez con algunos miembros del Partido Verde, con su propio partido y tal vez con el ala liberal más moderada de los conservadores. Algo que realmente no es fácil de hacer.
¿Qué podemos esperar de la relación entre Macron y el Nuevo Frente Popular?
Creo que Macron puede tender algunos puentes con los socialdemócratas más moderados y los verdes. Pero en lo que respecta a su relación con Mélenchon, son totalmente opuestos y no encontrarán puntos en común.
El rechazo de Macron a La Francia Insumisa (extrema izquierda) es tan fuerte como el rechazo a la Agrupación Nacional (extrema derecha). Por lo tanto, no encontrarán puntos en común.
¿Quién o qué es responsable del aumento de la polarización en Francia?
Creo que sería injusto decir que Macron es el único responsable. Ha dividido al país en temas como la reforma de las pensiones, por ejemplo, o la reforma de las prestaciones sociales.
Pero, por otro lado, vemos que en Europa hay una tendencia al alza para los partidos nacionalistas, populistas y xenófobos. Entonces, lo que está sucediendo en Francia es exactamente lo mismo que está sucediendo en Italia o en España, con el ascenso de Vox, o en Portugal, con el ascenso de Chega.
El mismo fenómeno ocurre afuera del continente europeo, en Brasil, Argentina o Estados Unidos.
En cualquiera de estos lugares vemos que este tipo de populismo nacionalista y xenófobo está en aumento y la democracia misma, la democracia representativa, está siendo cuestionada.
¿Qué lecciones se pueden sacar de lo que ocurrió en las elecciones parlamentarias en Francia?
Una de las reflexiones principales es: Macron fue elegido en 2017 diciendo: “Quiero ir más allá de la izquierda y la derecha”. ¿Lo logró? Aparentemente, no.
Tenemos un voto de extrema derecha muy fuerte, con más de 10 millones de personas. Tenemos un voto de extrema izquierda muy fuerte y a él, Macron, sentado en el medio.
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